Algunas de las promesas que se hacían respecto al vehículo eléctrico hacían referencia a que es una solución “mucho más simple de fabricar, que sufre menos averías y que sus costes de mantenimiento son inferiores” a los de los coches de combustión, así como que también son “menos complejos”, técnicamente hablando. Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello?
A esta pregunta ha querido responder Juan Francisco Calero, del Grupo Serca, en este vídeo. En él explica que a pesar de lo que se ha dicho, en realidad el eléctrico ofrece a los usuarios y talleres dos caminos: ser un tipo de vehículo que “no da ninguna pega y que cumple con lo que promete”, o un tipo de vehículo con el que crecen los problemas ante cualquier avería.
Así lo explica Calero…