La pandemia del coronavirus está haciendo mella en todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en la economía. Ante una situación de incertidumbre e inestabilidad, Ernst Prost describe en la circular a sus compañeros cómo está actuando la economía alemana al respecto y se sorprende de la actitud que muestran en Alemania una parte de la empresas y personas ante los drásticos recortes…
Así, en su misiva, Prost apuesta por la lucha y el esfuerzo ante la “bomba” que ha supuesto el coronavirus en nuestras vidas: “¿Qué se puede hacer ante algo así? Yo llamo a resistir, plantar cara, luchar, defenderse con todas las fuerzas contra estos golpes”. Sin embargo, no se observa esta actitud de lucha en todos los sitios… “Se acepta, a veces de manera fatalista, lo que llega, se acoge a los programas de ayuda estatal y, para acabar, se toman las vacaciones anuales después de pasar por la jornada reducida”, asegura Prost.
Entonces, “¿no hay nada por culpa del coronavirus? ¿O no hay nada por culpa de la jornada reducida?”, se pregunta el director general del especialista en lubricantes, quien lo tiene claro: “Si todos bajan el ritmo y se van de vacaciones, al final no va a quedar nada”. Por tanto, “aquí hay algo que no está bien”, apunta Prost, quien reflexiona: “Está claro que cuando es más barato implantar la jornada reducida, y con ello reducir los gastos salariales para conseguir así mantener unos beneficios aceptables, ojo, no hablamos de trabajar sino meramente de existir, entonces se tiene que recurrir a la letanía del coronavirus para disfrazar así la propia pasividad”.
Asimismo, Ernst Prost señala la facilidad con la que nos acostumbramos a las buenas rachas y la dificultad con la que nos enfrentamos a las malas, como se suele decir: ‘No hay nada más difícil de soportar una buena racha’. “Y más difícil todavía es pasar de los éxitos, la prosperidad y la comodidad, a lo que nos habituamos muy rápido, a tener que luchar y currar duro y ser modestos”. Comenta que, mientras muchas empresas “están luchando a vida o muerte” para salir adelante tras la “bomba” del coronavirus, otras “se han abrazado a la jornada reducida y al teletrabajo como una especie de vacaciones adicionales o año sabático”.
No obstante, el coronavirus está afectando a todos, incluidos “aquellos que se creían a salvo en su isla presuntamente segura y cómoda”, como a los fabricantes de automóviles y, por ende, a sus proveedores. “Las bombas están cayendo ahora de manera generalizada” y nadie se salva de la pandemia. Y es que, para Prost, “la economía somos nosotros, los 83 millones de alemanes. Y dependemos los unos de los otros”.
Por último, el director general de Liqui Moly hace un llamamiento al ‘Made in Germany’, una marca que “siempre ha sido sinónimo de fiabilidad, puntualidad, ambición, sentido de la responsabilidad y capacidad de rendir más y trabajar más cuando las circunstancias lo exigen”.
“Las crisis no se combaten con jornadas reducidas, sino con más trabajo”, sentencia Prost, quien propone “activar” esas virtudes para no sucumbir ante esta crisis, y superarla, esta y las demás que vengan…