Ya conocíamos cómo había evolucionado la actividad de los distribuidores de recambios para vehículo industrial en 2022 –la facturación creció un 7,4%– pero todavía estábamos a la espera de los datos del segmento de ligeros. Y ya han llegado. Según el último Observatorio del Estado de la Opinión de los Profesionales de la Posventa, presentado hoy por Ancera y Sernauto, el sector ha cerrado el ejercicio con buenas cifras de negocio… aunque con prudencia.
Según las empresas que participan en el barómetro, la facturación aumentó un 15% en el caso de los distribuidores y un 10% en el de los fabricantes en comparación con 2021, unos incrementos que vistos fuera de contexto parecen muy prometedores -y lo son- pero que son fruto de aspectos positivos, pero también de otros que no lo son tanto. Y es que mientras el parque sigue creciendo, con todo lo bueno que ello implica para el sector, los continuos incrementos de tarifa nos impiden realizar una lectura más fiel de la situación que atraviesa el mismo. Al menos si nos centramos únicamente en la facturación -como ejemplo, y a falta de un dato preciso de inflación en el mercado del recambio, los importadores de neumáticos hablan de un incremento de precio de más del 13% en este producto, lo que expone bien a las claras lo que estamos comentando: un distribuidor de neumáticos podria aumentar más de un 13% su volumen de negocio vendiendo exactamente lo mismo. Otra cosa es la rentabilidad…-.
Hay cosas que preocupan
Si ponemos el foco en los distribuidores, estas empresas aseguran que su facturación ha cerrado 2022 un 14% por encima de la de 2019, mientras que los proveedores cifran este crecimiento en el 15%. Eso sí, al mismo tiempo que presentan estos datos señalan que los impagos o retrasos han aumentado en el último trimestre del año y el 46% de los entrevistados considera que estas variables empeorarán significativamente en 2023. ¿Entre los retos? “La rentabilidad, los márgenes, la disponibilidad, los precios y la logística”, indican. Se está vendiendo, sí, pero a precios más altos, con mayores dificultades de cobro y con márgenes más estrechos. De ahí la prudencia de la que hablábamos al principio.
En cualquier caso, y sin obviar estas variables, tanto fabricantes como distribuidores han conseguido cerrar el ejercicio con un crecimiento superior al IPC de 2022 (5,7%) por lo que el dato es, a todas luces, positivo. Así al menos lo valora la presidenta de Ancera, Nines García de la Fuente: “Los datos relativos tanto al cierre de 2022 como a las expectativas 2023 son positivos y eso es siempre señal de que el sector está activo y con confianza. Aunque en el aspecto económico 2023 ha comenzado con tinte voluble, las últimas previsiones hablan de crecimiento y de una tendencia inflacionaria bajista. Un panorama que mejora las expectativas y nos permite un recorrido algo más relajado que en trimestres anteriores”.
Y también Benito Tesier, presidente de la Comisión de Recambios de Sernauto: “Estas cifras de cierre muestran cómo el sector de la posventa ha logrado alcanzar los niveles de facturación prepandemia en base al esfuerzo y competitividad de los proveedores de componentes y de los distribuidores de recambios. No hay que olvidar que 2022 ha sido un año en el que nos hemos tenido que enfrentar a una compleja situación, dominada por aspectos tales como la incertidumbre, las presiones inflacionistas o las tensiones en la cadena de suministro relativas a materias primas y semiconductores”.
En este contexto de inflación más contenida, ambos grupos estiman un crecimiento del 6% para 2023.