Que los grandes se coman al pequeño siempre ha ocurrido y seguirá ocurriendo. Actualmente en la distribución está ocurriendo. Muchos pequeños recambistas están siendo adquiridos por otros más grandes.
¿Para el taller será una ventaja o desventaja? Sea lo que sea, hay que mirarlo como una ventaja. Ir en contra de la evolución del mercado solo sirve para malgastar ese bien tan preciado que es nuestro tiempo.
Tengo la certeza de que en los próximos años el peso de la facturación de la mano de obra irá en aumento, por el mero hecho de la tecnología de los vehículos. Siempre y cuando el taller presupueste correctamente, estos verán cómo irá ganando importancia lo realmente importante, el conocimiento, en su margen de negocio.
Otro factor que va a influir en la rentabilidad del taller será el margen comercial de la venta de piezas: los descuentos irán decreciendo.
La distribución está cambiando su operativa de reparto estableciendo rutas diarias, dos o cuatro según las distancias entre el punto de venta y el taller. Todos los pedidos que salgan de esas rutas establecidas tendrán un sobrecoste para el taller. Algo lógico, por otra parte.
Es por esto, por lo que quizás esta coyuntura sea un punto de inflexión para el taller y muchos de ellos pasen a preocuparse más en lo importante, es decir, en la mano de obra y la gestión de su negocio.
Dados los márgenes de contribución que obtiene el taller, donde su rentabilidad viene y seguirá dándose, de momento, por la venta de piezas, el taller está empleando demasiado tiempo, desde mi punto de vista, en buscar buenos descuentos, sin siquiera tener en cuenta que para una buena gestión de compras lo que realmente es básico es conocer qué neto queda.
Por tanto, en la situación que se avecina, no tendrán tanto mercado donde acudir a buscar ese descuento. ¿Será una buena oportunidad para que el taller negocie mejor con su proveedor? Sí, sin duda.
Pero no me refiero a condiciones comerciales, que también, sino para que en el momento de sentarse con su partner, el taller tenga presente otros aspectos, tales como consumos y márgenes por familia y productos. Si el taller emplea tiempo en analizar sus consumos y se sienta a negociar con elementos para la toma de decisiones, estará haciendo un favor a su negocio pero también a su proveedor.
Mi consejo es un cambio de hábitos, pasar de reparador a empresario de la reparación.
Una mayor visión empresarial de su negocio le permitirá obtener mejores condiciones. Y repito, no todo es precio, sino contemplar el rappel y analizar los valores añadidos que el proveedor puede facilitar al taller y que este quizás no haya contemplado nunca.