Casi un tercio de los 86.650 vehículos eléctricos que se matricularon en España en el 2022 lo hicieron en la capital, Madrid -38.200 unidades-. Y con el aumento de este tipo de coches en el parque de las ciudades, también aumentan las preguntas entre usuarios y talleres sobre la normativa que les rige, es el caso por ejemplo de la inspección técnica de vehículos (ITV). ¿Es igual la ITV para un vehículo eléctrico que para uno con motor de combustión?
La Asociación de Entidades para la Inspección Técnica de Vehículos de Madrid, AEMA-ITV, responde a esta pregunta y recuerda la importancia de que estos vehículos pasen también la inspección técnica para que, además de proteger el medio ambiente, se garantice que cumplen con las condiciones necesarias para circular con seguridad por las carreteras.
¿Cómo pasa un eléctrico la ITV?
La obligatoriedad de pasar la ITV es igual tanto para los coches eléctricos como para los de gasolina y diésel, pues el objetivo de la inspección es “certificar que los vehículos cumplen con las normativas de seguridad vigentes para garantizar una circulación segura”, afirma el presidente de AEMA-ITV, Jorge Soriano.
Como de momento no existe un protocolo establecido en la reglamentación para la prueba de estos vehículos los puntos a comprobar son los mismos que un vehículo de combustión: carrocería, luces, neumáticos, suspensiones y frenos. Sin embargo, están exentos de la revisión de la prueba de emisiones de ruidos y de gases contaminantes.
Diferencias en la ITV de un eléctrico
Las diferencias existentes entre el sistema eléctrico de impulsión y el sistema térmico convencional, hace que exista una pequeña adaptación de la prueba de motor, y siempre que sea posible, se deben hacer comprobaciones sobre la batería y el cableado.
Desde AEMA-ITV explican que en algún modelo se encuentran diferencias en la prueba de frenos, lo que obliga en algunos casos a “realizarla bajo unas condiciones específicas para que el vehículo no detecte que existe un error al girar un solo eje”.
Por su parte, si las baterías de los eléctricos están visibles o accesibles se hace una inspección visual del estado y fijación de las mismas, comprobando además que no tenga fugas de electrolito. Así como en los vehículos de combustión se comprueba la existencia del tapón de combustible, en los eléctricos de forma también visual se debe comprobar que la toma de carga del vehículo no esté suelta y sea accesible, esto equivaldría al chequeo del tapón de combustible de los vehículos de combustión.
De forma adicional, los técnicos de AEMA-ITV informan que, en función del modelo del vehículo, algunos ofrecen la opción de incorporar testigos de chequeo en el cuadro de mando para poner en alerta al conductor de cualquier problema al encender y apagar el vehículo, un ejemplo común de esto es la presencia de testigo “Ready” -si el vehículo está en condiciones de inicial la marcha-, o el testigo de alerta si la temperatura de las baterías es elevada.
Otro punto importante a controlar en la ITV de eléctricos son los neumáticos, y esto se debe a que al cambiar la tracción del vehículo el comportamiento de éste, así como el desgaste de los neumáticos puede ser muy diferente respecto a los vehículos de combustión. Tanto así que este es uno de los fallos más comúnmente detectados en la ITV de eléctricos.
Datos que confirman que independientemente del tipo de motor -combustión o eléctrico-, el apartado de ejes, ruedas, neumáticos y suspensión sigue siendo una de las principales razones por la que los vehículos obtienen una inspección técnica desfavorable. De hecho así lo respaldan las cifras aportadas por el Archivo de Vehículos de la Comunidad de Madrid a AEMA-ITV, el pasado mes de enero, donde el 30,33% de las inspecciones rechazadas de vehículos no eléctricos en la capital se debía también a fallos en neumáticos y suspensión.