Y es que, tras un año de grandes dificultades para los talleres españoles debido a la crisis sanitaria, los reparadores verán cómo crecerán en 2022 todas las operaciones que se pueden realizar en un taller. Así, según datos de Gipa, la actividad de los talleres ya ha vuelto prácticamente en el primer trimestre de 2021 a niveles prepandemia. En concreto, sólo se habría reducido el 1% la actividad con respecto al mismo periodo de 2020, teniendo en cuenta que el inicio del estado de alarma se produjo a mediados de marzo de 2020.
Incluso, para todo el 2021 se prevé un crecimiento del 10,9% en la actividad de los talleres, planteamiento más optimista que a principios de año, viendo el avance en los planes de vacunación, las perspectivas de viajes entre comunidades en verano o la recuperación de la movilidad toda vez que se ha levantado el estado de alarma.
De todas las especialidades, será la carrocería la que tenga un mayor crecimiento en 2022, debido a que fue “la familia que más sufrió durante la pandemia”, porque sin movilidad, no hay golpes. Y si no hay golpes, no hay mercado para estos talleres. Su crecimiento estaría en torno al 15%, tras caer más del 30% en 2020.
La segunda familia que más crecerá, según Gipa, será la relacionada con las inspecciones de ITV, con un crecimiento de más del 13%, debido a la gran cantidad de inspecciones que quedaron pendientes en el estado de alarma y que se ha disparado el absentismo en las estaciones. Así, será una familia que crecerá por encima de dos dígitos, al igual que el cambio de neumáticos (11%), debido al cuarteamiento por no usarlos de forma regular, las averías y otros problemas (11%) o el cambio de aceite sin revisión (10%).
Con la caída del kilometraje, muchas revisiones fueron pospuestas. Por ello, también será una familia, la de las revisiones periódicas, que crecerá el 9%, según las estimaciones de la consultora, mientras que las revisiones oficiales sólo lo harán el 6%, debido a la caída de matriculaciones del año 2020.