El año 2023 plantea un contexto de “enorme incertidumbre” para la economía española en general y para la industria del automóvil en particular. Así lo adelanta el último informe económico de la CEOE.
El documento prevé que el nuevo año puede ser económicamente complicado para España por la subida de los tipos de interés en el consumo e inversión de familias y empresas, la alta inflación y la situación de las finanzas públicas, que junto al panorama geopolítico, podrían configurar un escenario que acabará pasando factura a la actividad económica de 2023.
Asimismo, a lo largo de este año podrían mantenerse los factores que han estado afectando hasta ahora a la industria del automóvil, como la falta de determinados suministros, en especial microchips y semiconductores. Pero no solo. A ello se le podría sumar la baja demanda ante el aumento de la inflación y la incertidumbre sobre el contexto económico, que es lo que ha acaba condicionando la evolución de la producción y las exportaciones en 2022.
Concretamente, la CEOE prevé en su informe económico que la economía española crecerá en 2023 en torno al 1%, aunque la inflación, a pesar de que no va a alcanzar el 8,5% de media del año 2022, sí va a seguir siendo alta, oscilando entre el 4% y el 5%.
Asimismo, aunque España sigue retrasada en la recuperación del PIB, podría mostrar una mayor resiliencia que la Eurozona debido a una serie de factores, como son el menor impacto del shock energético frente a otros países europeos, un mercado inmobiliario menos tensionado y la resistencia del mercado laboral.