El último Clepa Pulse Check, realizado por la Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa), revela que de los fabricantes de componentes encuestados, solo el 22% prevé una perspectiva positiva para esta industria, un dato que desciende un 5% respecto a la del año pasado. Pero la visión negativa también disminuye, y lo hace del 73% del pasado otoño al 45% actual. El 33% de los encuestados son neutrales.
No obstante, a pesar de la situación actual, el 63% de los proveedores europeos encuestados espera que los ingresos en el próximo año crezcan, en concreto un 22% más que los que lo creían el año pasado.
La mejor inversión
A partir del estudio se observa que los proveedores creen que para enfrentarse a las nuevas oportunidades que puedan surgir en el sector, invertir en I+D y adquirir profesionales son las mejores opciones. En este sentido, el 66% de los proveedores tiene en mente preparar a parte importante de su plantilla para hacer frente con solvencia a lo que a vehículos autónomos, conectados, eléctricos y compartidos (ACES) se refiere.
Sin embargo, la inversión en innovación ecológica y digital puede verse mermada si se tiene en cuenta que los márgenes medios de rentabilidad de las operaciones se han reducido en tres puntos porcentuales de media. Aún continúa a niveles de 2021.
Probablemente, estos márgenes de rentabilidad, según se indica desde Clepa, se hayan reducido por la inflación y la escasez de semiconductores, aunque generalmente, el sector percibe que este fenómeno afectará más a los Tier 1 que a los OEM u otros Tiers. Los márgenes medios de rentabilidad se situaron en torno al 2,6% en 2020 y alrededor del 5% en 2019.
Por el momento, Clepa explica que las interrupciones de la cadena de suministro global siguen percibiéndose como “la principal amenaza para la industria”.
Sin embargo, mientras que antes esto se manifestaba por la escasez de chips, ahora la inflación de los costes es el nuevo factor, tal y como lo demuestra el 61% de los encuestados. Sólo en términos de rentabilidad, la escasez de semiconductores se señala como “el principal culpable”, explica la Asociación.
La guerra de Ucrania como agravante
Por otro lado, Clepa matiza que “se espera que la guerra exacerbe muchos de los puntos de presión expuestos en la encuesta, especialmente en lo que respecta a la resistencia de la cadena de suministro”. Y es que el estallido del conflicto en Ucrania genera en los proveedores de automoción una perspectiva de entorno empresarial “cada vez más inseguro”.
Clepa, tal y como ha manifestado Sigrid de Vries, secretaria general de la asociación, cree que es necesario “actuar con firmeza” y apoyar las medidas que responden a “esta inaceptable agresión” dado que el sector hace “todo lo posible por desempeñar su papel”. Y es que, en su opinión, “la transparencia y la flexibilidad son necesarias para mitigar y prevenir futuras interrupciones de la cadena de suministro, así como la colaboración dentro de la cadena de valor y con los responsables políticos”
De Vries continúa diciendo que “la actual escasez mundial de semiconductores, el aumento de los precios de la energía y de los costes de los materiales, y las ramificaciones económicas y geopolíticas de la crisis entre Rusia y Ucrania, están creando incertidumbre empresarial”.