Dos noticias totalmente contrapuestas han aparecido el primer día laboral de 2013: la primera es que a pesar de la entrada en vigor del Plan Pive no se ha alcanzado la cota de 700.000 matriculaciones en 2012 según ha reconocido Faconauto, la patronal de los concesionarios, circunstancia que nos remonta a cifras de 1986 y que dista mucho de las ya de por sí pesimistas previsiones que hacía esta misma entidad a principios del año pasado, cuando estimaban alcanzar las 788.000 unidades vendidas.
La otra noticia la ponía de manifiesto Raphael Minder, corresponsal para España y Portugal de The New York Times, en un artículo en el que intuye una cierta luz al final del túnel. En su escrito anuncia que Anfac, la asociación de los constructores de automóviles, prevé que en nuestro país se producirán un 11% más de vehículos que en el anterior, con lo que se alcanzará la cifra de 2,2 millones unidades. La razón de estos pronósticos hay que buscarla en la reducción de los costes laborales lograda por las filiales nacionales de varios constructores, que se estiman en un 40% más baratos que los que sostienen en países como Alemania o Francia, e incluso da cifras concretas basadas en los datos de Erosdat: de media, una hora de trabajo en España cuesta 20,60 euros, frente a los 34,20 euros del país vecino o los 30,10 de Alemania.
Ello ha animado a marcas como Ford o Renault, entre otras, a expandir aquí la producción de vehículos que tienen previsto cesar en otros países (PSA Peugeot-Citroën, cerrará una planta en París en 2014, y Opel otra en Bochum, cerca de Dormunt, en 2016), con la llegada de nuevos modelos en los próximos dos años que supondrán inversiones del orden de 2.000 millones de euros. Volkswagen es otro de los que apuestan por España, tras haber anunciado el pasado octubre una inversión de 800 millones de euros en la planta de Seat en Martorell, donde también se produce el Audi Q3.
Estas perspectivas afectan directamente, como es de esperar, a los fabricantes de componentes, un sector que suma con el de los constructores cerca de 280.000 trabajadores. Ahora bien, tanto Anfac como Faconauto coinciden en señalar que el pequeño repunte de ventas vivido en nuestro mercado gracias al Plan Pive, que entró en vigor el pasado 1 de octubre de 2012 y que permanecerá hasta el 31 de marzo de 2013, justifica lo suficiente la medida, y consideran que debería prorrogarse, ya que a pesar de que apenas un 10% de la producción de vehículos en España se destina a consumo interno, éste es un factor fundamental para que puedan consolidarse las optimistas previsiones.