Abanderar a un taller y aportarle soluciones para su día a día, tanto en la parte técnica como de gestión del negocio. Hasta aquí genial.
Se le facilita al taller una serie de servicios que el propio taller podría contratar por su cuenta, englobados en un cuota mensual. En dicha cuota, las redes incluyen servicios de márketing e imagen. Por lo tanto, se pude intuir que el coste para el taller es menor al pertenecer a una red que si este tuviera que contratarlos por sí mismo.
El problema es que el taller no optimiza los servicios que paga. Generalizando, acuden a las formaciones técnicas, utilizan la asistencia técnica, consultan la documentación técnica y poco más.
¡Un potencial desperdiciado! ¡Y mucho! Porque algunos ni siquiera conocen los procesos más eficaces a los que sacar rentabilidad con estas cuestiones técnicas que he mencionado.
Si yo abandero a un taller es porque deseo que el taller sea un negocio rentable, por un lado, y por otro, para que dé imagen de marca.
¿Responsabilidad del taller por no optimizar los servicios? Una parte. Y una de las causas es que aún no nos hemos puesto el gorro de empresario. ¿Pero, esto no lo saben las redes? Claro que sí, lo saben y son conscientes, pero poder ayudar al taller en la optimización de esos servicios tiene un gran coste y esfuerzo en recursos.
¿Y por qué el taller no demanda esta optimización? Por que el día a día les come, porque nadie le ha sabido transmitir las ventajas de los servicios.
No nos paramos a pensar lo suficiente; ni el taller, ni muchos de nosotros. ¿De qué sirve darle al taller un precio competitivo y/o el servicio de un software de valoración de tiempos/daños si este no ha recibido un mínimo de formación? ¿Le va a sacar el mayor partido para su rentabilidad si no le decimos que las operaciones más rentables son las de mantenimiento y que con estas, si se valoran con el baremo, le ganarán tiempo al tiempo?
Si eres un taller y tu red te está dando este servicio deberías invertir en formarte, porque lo vas a amortizar en tres peritaciones o en un mes haciendo todos los presupuestos con el software.
Con el programa de gestión ocurre lo mismo: se precisa, no solo saber abrir una orden de trabajo, sino saber cómo facturar, parametrizar los porcentajes productivos de los técnicos, la vinculación con el software del box de pintura o las integraciones con software anexos.
¿Campañas de producto y/o servicio al taller? Si este supiera cómo replicarlas al usuario final se incrementaría el volumen de ventas de taller a cliente, además de incrementar la visualización e imagen del producto o servicio.
¿Qué es más costoso, tener recursos propios para este soporte, o la formación? Sobre la formación no me refiero a que se forme al taller en los servicios de la red, yo creo que la responsabilidad de la red es informar, aunque esta información debería estar acompañada de un mínimo de conocimiento del producto/servicio para que el comercial de la red o del distribuidor pueda darle un mínimo de ayuda y explicar las ventajas. La responsabilidad del taller es pararse a pensar y formarse en cómo optimizar los servicios que paga.
La formación técnica es indispensable, aunque conocer a los componentes de la red y facilitarles una formación quizás más personalizada por zonas geográfica sería un paso más a dar por las redes.
Sigamos dando servicio e imagen, porque es muy necesario, pero también demos al taller opciones, que no es lo mismo que pagarles la fiesta, para que estos puedan presumir de red.