En mi negocio debo mostrar mi identidad, mis puntos fuertes, todo lo que ofrezco a mis clientes, al fin de cuentas me compran por mi manera de ser.
¿He de presumir? ¿He de hacerlo? ¿O ya con mi trayectoria profesional y mi clientela actual me es suficiente?
Si tu respuesta es que ya me va bien como estoy no vas bien. Primero, porque tus clientes cambian. Segundo, porque estarás devaluando tu empresa, algo especialmente preocupante si te quedan pocos años para retirarte.
¿Podrás vender tu negocio a un precio que te permita tener una buena o excelente jubilación? Añádele que muchos de nosotros hemos estado pagándonos el mínimo de autónomo.
Las redes sociales, y ahora os hablo desde mi visión personal, no están hechas para mí. Pero las necesito en el ámbito profesional, y cada vez más, a diferencia de lo que me ocurre en el ámbito personal, y doy gracias por ello: aún mantengo mis amigos de toda la vida, aquellos que sin verlos en un año, al encontrarnos con las miradas nos lo decimos todo. A los que puedo abrazar y besar.
Tengo mis dos perfiles, el personal y el profesional. En el personal aún voy subiendo algunas fotos de mis parajes preferidos y algún plato que otro, me encanta cocinar y me siento orgulloso de mis huevos con patatas, ¡cómo no los voy a mostrar! Pero dando un repaso a mis publicaciones, los huevos estaban más presentes atrás en el tiempo. A medida que mi red social ha ido creciendo, el contenido de mis publicaciones ha variado.
Taller, piensa más en tus clientes y menos en los compañeros de profesión cuando utilices tus redes sociales. Quizás nadie te explicó las ventajas de tener una audiencia, o no sabes cómo hacerlo, pero dale un vistazo a tu base de datos de clientes y empieza a trabajar sobre ella.
Si me pongo en modo cliente, al entrar en cualquiera de las redes sociales, que muchas veces lo hago, nada más ver un motor abierto paso de largo. En cambio, cuando veo un taller que da consejos sobre el mantenimiento del vehículo, lo leo y normalmente lo comparto. Y lo comparto en mi perfil personal, allí tengo amigos, familia y “amigos” que no tienen un taller, pero sí uno, dos o tres coches. Y lo hago porque es de interés para ellos, para nosotros, para los clientes de los talleres.
Evidentemente, al hacer ese gesto de compartir estoy dando visualización a mi red de contactos del taller. Tengo más de 1.800 contactos: el 95% son talleres o personas vinculadas a mi profesión, y el 5% restante son 90 personas que no lo son.
Vamos a darle valor a nuestro taller, vamos a crear contenidos de calidad para nuestros clientes y no para nuestros compañeros de profesión. Presumamos de nuestras instalaciones y servicios, de la cualificación de nuestros técnicos. Porque no veo en las redes sociales noticias tipo: “Nuestros mecánicos formándose en técnicas de reparación de cajas de cambio automáticas”, acompañado de una foto del aula. Es solo un ejemplo.
En un mundo donde la imagen tiene una importancia vital, es hora, y esto no habría que dejarlo para mañana, de ir dándole imagen a tu taller, crear una identidad comercial si es que aún no la tiene, de estar presente donde están tus clientes y mostrar lo que les ofreces para ayudarles, tanto a ellos como a sus vehículos.