Los jóvenes de 16 años tendrán su propio carnet de conducir. Se denominará B1 y permitirá a los menores de edad conducir cuadriciclos pesados tanto por vías urbanas como interurbanas. Una noticia que podría tener un impacto positivo para la posventa a medio plazo. Así será el nuevo permiso.
Este nuevo carnet de conducir está avalado por la Directiva Europea 2006/126/CE, que otorga a los Estados miembros la posibilidad de desdoblar el permiso B de manera opcional para que los jóvenes de 16 años puedan ponerse al volante de determinados modelos con limitaciones tanto de peso como de potencia y velocidad. Con este anuncio, España se suma a países como Francia o Italia, donde ya existe esta figura. Su entrada en vigor se espera para finales de este año o principios de 2023, aunque de momento estará centrada en la movilidad eléctrica.
«De acuerdo con lo previsto en la Directiva Europea de permisos de conducir, regularemos un nuevo permiso de conducir B1 a partir de los 16 años para vehículos eléctricos con velocidad máxima de 90 km/h y un peso máximo de 400 kg», anunciaba el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el marco de la presentación de la nueva Estrategia de Seguridad Vial 2020-2030.
«[Este permiso] ya está en aplicación en países como Francia con buenos resultados y favorecerá la movilidad de los más jóvenes en el ámbito rural donde aun con todos los esfuerzos posibles, evidentemente el transporte público no llega en las mismas condiciones que en los medios más urbanos. Y supone también garantizar la igualdad en el ejercicio de los derechos a nuestros jóvenes en el ámbito rural».
El carnet B1 abrirá el abanico de opciones de movilidad privada para los jóvenes de 16 años, que actualmente sólo pueden conducir ciclomotores o motocicletas ligeras incluidas en el carnet A1. Se estima que cada año, alrededor de un millón de jóvenes podrán acceder a este tipo de vehículos.
Poca oferta… de momento
Actualmente, la oferta de vehículos eléctricos con estas características es escasa, aunque este anuncio podría abrir la puerta a nuevos fabricantes. Si nos ceñimos a pies juntillas a la normativa, sólo encontramos dos opciones.
La primera de ellas es el XEV Yoyo, un modelo chino de 2,53 m de longitud y espacio para dos ocupantes en tándem. Tiene una potencia de 10 CV (con picos de 15 CV) y equipa una batería de 10,3 kWh de capacidad. Su autonomía llega a los 150 CV con una velocidad máxima de 90 km/h.
La segunda opción es el Silence S04. Su longitud es de 2,33 m y su potencia llega a los 19 CV. Monta dos baterías de 5,6 kWh cada una y su velocidad máxima es también de 90 km/h. La autonomía homologada es de 140 km.
Este carnet permitirá también conducir cuadriciclos ligeros como el Citroën Ami, el Opel Rocks-e o el Renault Twizy, algunos de los cuales pueden manejarse también con licencia de ciclomotor debido a su baja potencia. Ahora esta normativa abrirá la puerta al desarrollo de versiones más potentes.
La posventa, satisfecha
El carnet B1 podría tener un impacto muy positivo en el sector de la posventa, según el informe “La posventa generacional” de Solera, presentado en el pasado Congreso de Faconauto. Este informe señala que si estos nuevos conductores hicieran 100 kilómetros al mes -para un total de 1.200 al año-, sumarían en conjunto más de 600 millones de kilómetros adicionales recorridos, o lo que es lo mismo, un impacto económico de 180 millones de euros.
A pesar de que los números son a simple vista muy halagüeños, hay que tener en cuenta que su limitación al ámbito de la movilidad eléctrica reducirá el impacto en el sector de manera muy significativa. En cualquier caso, Solera considera que permitir conducir a los jóvenes de 16 y 17 años, es una buena medida para «generar más cantera de conductores en España», ya que la expedición de permisos está bajando alarmantemente: si entre 2000 y 2010 se expedían casi 700.000 licencias al año, en la década de 2011 a 2020 esta cifra ha caído hasta las 486.000.
Para José Luis Gata, Business Development Manager de Solera, “hay que atraer de nuevo a los jóvenes al volante, facilitarles su llegada al coche, que no necesariamente es vía compra, pero sí podemos pensar en fórmulas por uso más orientadas a servicio que pueden ser atractivas para sus necesidades de movilidad. Esto implica, además, más kilometraje del parque y, por tanto, más facturación al sector del taller, ya que la posventa es movimiento. Solo si el coche se mueve, se factura”.
Un millón de jóvenes podrán acceder, es decir tendrán la posibilidad obtenerlo. La realidad será muy distinta dado los precios de venta de los vehículos. Si ya pueden conducir cuadriciclos ligeros y en el año 2019 se alcanzaron las 2500 unidades vendidas (y aquí se incluirán los vendidos a mayores de edad) no creo que con la nueva normativa y vehículos sea muy diferente, al menos a corto plazo.