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Antiguamente, la cara opción del aire acondicionado en el automóvil se contemplaba, sobre todo, como un lujo. Incluso en coches de gama alta había que pagar un sobrecoste por este accesorio, concebido como el mejor medio para combatir las altas temperaturas, mucho más cómodo que mantener las ventanillas bajadas. Había que alejar el calor, y cuanto más frío producía, más eficaz se consideraba.
Con el tiempo, sin embargo, la actitud de los usuarios ha cambiado y ahora se reclama, en lugar de frío sin más, un buen nivel de confort climático, que no es lo mismo, independientemente de que en el exterior caiga un sol de justicia, llueva a raudales o se hielen los pingüinos.
En este sentido, los últimos dispositivos de climatización interior se están desarrollando para proveer, además, de una calidad del aire óptima, como parte importante de esa búsqueda comodidad. En el nuevo BMW Serie 3, por ejemplo, además del control automático de recirculación del aire, que se activa al detectar un incremento de partículas y de gases de escape propias de los túneles o circulando tras un camión, se ha instalado un sistema de filtro de aire adicional con el equipo básico de aire acondicionado, gracias al cual se eliminan casi por completo los olores del exterior.
Las unidades que de este modelo que incorporan el climatizador automático bizona, además de permitir tanto al conductor como al acompañante regular de forma individual la temperatura y el caudal de aire deseados, cuentan con una gestión del clima que analiza la intensidad y el ángulo de incidencia de los rayos solares para ajustar el grado de efectividad del sistema.
Tanto para frío como para calor
El desarrollo de este sistema de climatización también se ha pensado para épocas y climas especialmente fríos. De ahí que se le haya dotado de una función antiempañamiento automática, controlada por un sensor, la cual activa la ventilación en cuanto la visibilidad se ve disminuida. Incluso se ha trabajado para conseguir un ambiente agradable tanto a la altura de los pies como de la cabeza el ambiente sea agradable en apenas 10 minutos, aunque en el exterior la temperatura sea de 20 grados bajo cero.
Los algunos modelos de última generación, por otra parte, están incorporando sistemas que adaptan la respuesta de diferentes componentes al tipo de conducción deseado. Pulsando una tecla, el conductor puede cambiar el comportamiento del vehículo desde el modo “Sport” o deportivo al “ECO” (otras marcas lo denominan “Efficiency”), pensado para ahorrar combustible. Cuando se activa este último modo, la programación electrónica dispone un equilibrio entre confort y eficiencia en el que se desconecta de forma intermitente el compresor del aire acondicionado.