Que estamos tardando y que lo lograremos en la medida en que nos lo propongamos como sociedad, son dos ideas que se extraen del coloquio que acogió el Global Mobility Call sobre la transición a la sostenibilidad. El encuentro se nutrió de los puntos de vista de expertos como Aitor Moso, de Iberdrola, Marc Riera de Seat & Future, Gregorio Jiménez Blázquez de RBI España y Portugal y Joseba Eceiza Arregui de Mckinsey y Company, como moderador del encuentro.
Los cuatro coincidieron en cinco ideas que trasladaron a los asistentes en apenas treinta minutos de conversación. Una de ellas fue que el objetivo principal de la transición a la sostenibilidad es “descarbonizar, no electrificar. Los eléctricos sólo son uno de los medios para conseguirlo”.
En esta línea, Jiménez se mostraba partidario de que el transporte público comenzara a adquirir protagonismo en la movilidad, frente al vehículo privado. “El transporte público debe ganar participación y convertirse en una alternativa real al vehículo individual”, afirmaba, y marcaba un objetivo: “Se debe mejorar el transporte público para que gane cuota de mercado y tengamos ciudades con menos coches, que son los que contaminan por su antigüedad”. Sin embargo, este es un reto que todavía está lejos de alcanzarse, sobre todo porque con la pandemia el vehículo privado ha ganado cuota de mercado y el transporte público se usa menos que antes. No obstante, la percepción de Marc era otra: “Lo suyo es que haya mercado para todos”, decía.
La siguiente idea que se transmitió en el coloquio es que la transición es una “necesidad”. Que es una oportunidad de negocio para los sectores y las cifras de inversión, pero también para “las personas, el medio ambiente y el planeta”: “Más allá de una oportunidad, es una necesidad y un compromiso no como empresas, sino como personas”, afirmaba Gregorio Jiménez(RBI), a lo que Marc Riera (Seat) añadía que “debemos dejarle a nuestros hijos y nuevas generaciones una industria sostenible, limpia y con huella de carbono cero. Es una oportunidad que hay que aprovechar, porque no creo que vaya a ser un tren que vaya a pasar por nuestra estación muchas veces más”.
Por otro lado, la transición, aunque abarca números grandes, se trata de “hacer cosas pequeñas cada día, cada uno desde su escala”. Para Gregorio Jiménez, “la gran transformación pasa por la asunción por parte de toda las empresas de que todos estamos inmersos en ella, cada uno en el área que le toca. Los pequeños pasos que hacemos cada uno en lo nuestro es lo que va a conducir al cambio. Cada uno a su nivel debe dar pasos para que la sociedad avance hacia la neutralidad”, aunque la administración también debe dar facilidades: “No puede ser que para instalar un cargador nos tiremos de media doce o catorce meses”, se quejaba.
Asimismo, Marc Riera manifestó la preocupación que tienen en Seat respecto a la gobernanza del Perte VEC, concretamente con la gestión de ayudas públicas para la inversión privada. “Las instituciones tienen un papel clave para la transición”, matizaba y afirmaba que lo que esperan de ellas es “agilidad, que la ayuda pública le llegue lo antes posible a las empresas para que puedan empezar a capitalizar el dinero y arranquen los proyectos, porque el sector privado no puede transformar el país solo”. Y en esto insistió a lo largo de sus intervenciones en el coloquio, porque “preocupa la velocidad a la que nos movemos el sector privado y a la que se mueve el sector público”, lamentaba.
Pero además de la celeridad de las instituciones y sus ayudas, también es fundamental la regulación, porque “hay que invertir muchísimo, y para eso hace falta una legislación estable”. Asimismo, hicieron un llamamiento a las instituciones y administraciones para que ayuden a que el eléctrico llegue de manera rápida y ágil a los ciudadanos, facilitándoles su acceso, y mejorando las infraestructuras de recarga “si se quiere posicionar a España como pionero en la compra y uso del eléctrico”.
Y se planteó una pregunta: ¿cuándo es el momento para la transformación? “Nuestra obligación es hacer que ocurra lo antes posible”, afirmaba Iberdrola, mientras que otros participantes de la mesa aseguraban que el momento era “ya”.
Las seis claves de la transición sostenible
De los resultados del último estudio realizado por McKinsey y Company sobre la transición a las cero emisiones, que Joseba Eceiza presentó al inicio del coloquio, se desprenden seis claves de cómo será:
- Tendrá un carácter “universal, porque afectará a todo los países y sectores de la economía”.
- Será “significativa, pues el gasto hasta 2050 podría alcanzar los 275 billones de euros, unos 9 billones por año”.
- Tendrá una “carga frontal, porque el gasto podría aumentar hasta el 8,8% del PIB entre 2026 y 2030, frente al actual”.
- Será “desigual, porque los países en desarrollo y las regiones ricas en combustibles fósiles son los más expuestos. Por su punto de partida, los países tendrán unas necesidades diferentes”.
- “No está exenta de riesgos, de hecho, el cambio de activos de altas emisiones a activos de bajas emisiones podría dejar varados los activos (cerca de 2,1 billones de dólares de activos de energía para 2050)”.
- Pero a la vez “hay muchísimas buenas oportunidades para todos, en términos de productos o servicios y formas de hacer las cosas”.