Los presidentes de la Confederación Española de Talleres de Reparación (CETRAA) y la Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción (CONEPA) han instado a los talleres a actuar ante la pérdida de poder adquisitivo por la subida del IPC y a vigilar los efectos que la inflación tendrá en sus márgenes.
Las patronales invitan a los talleres a observar sus negocios y a actuar en tres sentidos. Poniendo el foco en los tres posibles pagadores que tienen sus empresas: los usuarios, usuarios, mediante la actualización de los precios expuestos al público; las aseguradoras, a través de la solicitud de la actualización de los precios satisfechos por las mismas a los talleres como forma de defensa de su poder adquisitivo; y las empresas de renting o flotas, respecto a cuyos acuerdos los talleres deberán considerar la repercusión del IPC en los servicios que prestan.
Según las estadísticas oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumo (IPC) interanual de 2021 se situó en el 6,5%. Este porcentaje conviene relacionarlo con el escenario contemplado ahora por el Banco Central Europeo de una “inflación más elevada durante más tiempo”.
Todos los talleres (de chapa, mecánicos, especializados, etc.) se verán afectados, en mayor o menor grado, por el incremento de la inflación, ante la que deberán definir la estrategia que consideren más apropiada.
Causas de la inflación que afectan a los talleres
Las causas de este alto IPC son conocidas, pero conviene sistematizarlas, por el diferente peso que pueden tener en los distintos tipos de talleres. Un ejemplo es el incremento del precio de la electricidad, en una tasa del 72% a diciembre de 2021, o la subida de más del 11% que registró el gas.
A estas alzas hay que añadir la correspondiente a los precios de la pintura; el aumento del coste de la gestión de residuos; las subidas del impuesto de precios de seguros; las actualizaciones en los precios de arrendamientos y subcontratas de servicios (riesgos laborales, asesoría, página web, programas de valoración, software de gestión); el mantenimiento de los coches de sustitución y muy en especial la actualización de los convenios colectivos en 2022, que incrementarán los costes laborales, con una gran repercusión en los márgenes de los talleres al facturar estos mano de obra.