La Guardia Civil ha renovado recientemente su flota de vehículos con 380 eléctricos nuevos, sin embargo este cambio no ha sido para bien, sino todo lo contrario. De ello han hablado en el programa Telenoticias de Telemadrid.
España debió haber acabado el año 2022 con 45.000 puntos de recarga públicos para cumplir con los objetivos que se han marcado de cara a la descarbonización, pero la realidad es que lo acabó con tan solo 16.565. Esta cifra, además de quedar más lejos de los objetivos de lo que debería, tiene consecuencias y la Guardia Civil las ha sufrido en primera persona: tiene 380 coches eléctricos para Seguridad Ciudadana y 157 motos eléctricas para el Seprona que están parados por la falta de puntos de recarga.
Las asociaciones de guardias civiles se han pronunciado al respecto y han calificado la situación de “chapuza”. Y es que, más allá de que los agentes no pueden usar los nuevos eléctricos, creen que son poco operativos para determinados servicios, sobre todo por su reducida autonomía, que al ser de 300km dificulta ciertas actividades policiales y persecuciones, así como también creen que no se ajustan a la realidad delincuencial. De hecho, los agentes aseguran que les da miedo poder quedarse parados en determinadas persecuciones.