La ayuda de 20 céntimos a los carburantes que entró en vigor el pasado 1 de abril como consecuencia de su encarecimiento dejará de ser generalizada para todos los usuarios en 2023. En su lugar, solo la percibirán los sectores que deban repostar obligatoriamente para ejercer su actividad, como es el caso de los transportistas de mercancías y de personas o los trabajadores del sector de la agricultura y la pesca. Pero no se han incluido a las autoescuelas, a pesar de su vinculación con el consumo de carburantes…
Esta es una decisión que no ha sentado nada bien a la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), que ya ha advertido de las graves consecuencias que esto podría suponer.
CNAE no entiende cómo el Gobierno argumenta que la ayuda se mantiene para los sectores más dependientes del uso de los carburantes y no incluye al sector de las autoescuelas, cuando estas hacen un uso intensivo del combustible para poder dar las clases prácticas a sus alumnos.
Para Enrique Lorca, presidente de la Confederación, esto supone “un golpe contra la formación vial y un desprecio al sector”, del que afirma, “viven más de 35.000 familias”. Asimismo, asegura que esta decisión tendrá consecuencias colaterales: afectará a la expedición de permisos de conducir, la venta de vehículos o a la actividad de los talleres de reparación, porque si el Gobierno no ayuda al sector este se verá obligado a subir sus precios.
Por sorpresa…
Para Enrique Lorca el hecho de que CNAE no forme parte del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) no debería influir en que a las autoescuelas se les niegue la ayuda.
Además, esta decisión no se corresponde con lo que la Confederación ha hablado con el Ejecutivo en sus encuentros: “En todas y cada una de las reuniones que hemos mantenido, nos han trasladado de manera clara y directa que nuestra reclamación era lógica y justa, y nos han mostrado su total apoyo. Por eso, deberían dar explicaciones al sector”, concluye Lorca.