Las válvulas EGR (Recirculación de los gases de escape) están presentes en todos los motores diésel actuales y también en un número creciente de motores de gasolina.
NGK SPARK PLUG, fabricante de sensores y soluciones de encendido para el aftermarket, aclara que las suyas están diseñadas para reducir las emisiones nocivas y así cumplir con las normas Euro, ayudan a proteger el motor, cubren el 60% del mercado, poseen una amplia asistencia técnica y se someten a rigurosas pruebas para cumplir con los más altos estándares.
Durante el proceso de combustión se generan óxidos de nitrógeno (NOx). Los NOx se crean cuando las altas temperaturas de combustión permiten que el nitrógeno y el oxígeno presentes en la mezcla aire-combustible se combinen.
Para reducir estas emisiones nocivas, la válvula EGR absorbe los gases de escape del sistema de escape y los reintroduce en el colector de admisión, mezclándolos con aire fresco. Eso surte un doble efecto, ya que reduce la cantidad de oxígeno en la mezcla de aire y combustible y reduce la temperatura, reduciendo así también la cantidad de NOx que produce el motor.