Aunque en este 2023 que apenas comienza las cartas parecen jugar en contra de las nuevas matriculaciones, en lo que respecta al mercado global se espera que las ventas de automóviles aumenten aproximadamente un 4%. Un ritmo de producción más consistente, la acumulación de demanda retrasada y las expectativas de crecimiento positivo del mercado chino estarían detrás de este comportamiento.
Así lo revela el informe ING, ‘Perspectivas para el mercado de la automoción 2023‘. Pero las buenas noticias no terminan ahí pues esos factores macroeconómicos seguirán impactando en las cifras de 2024, lo que se traducirá en un crecimiento en el rango del 4% al 5% para ese año.
Según los datos publicados por la financiera neerlandesa, en 2022 se vendieron 80.5 millones de de vehículos a particulares, un 1,1% menos que el año anterior. Con este antecedente en mente, el informe presentado por ING plantea una dinámica positiva en las tres principales regiones para 2023.
2022 Vs. 2023
De las tres principales regiones, Europa, China y Estados Unidos, es ésta última la que más descenso experimentó en sus ventas durante el 2022, en el gigante trasatlántico las transacciones estuvieron por debajo de los catorce millones, una disminución del 7 al 8% con respecto al 2021. En el otro extremo y pesar de las estrictas políticas de Covid-19, China terminó el año en positivo gracias al impulso de los incentivos fiscales del gobierno. Por el lado europeo, el mercado va desde crecimientos modesto como el de Alemania, un 1% interanual, hasta los número negativos de otros grandes mercados europeos.
Para el 2023 se espera un crecimiento modesto en las ventas globales -de entre 3 y 5%-, con comportamientos uniformes en las tres regiones. En el gigante asiático la eliminación de las políticas de cero Covid, podrían incentivar la demanda; mientras que en territorio europeo y norteamericano las ventas deberían reflejar la demanda retrasada acumulada, con volúmenes de producción mejorando gracias a la normalización de la crisis de semiconductores, aunque cabe señalar que la escasez no ha desaparecido por completo e impacta más a unos fabricantes que a otros.
La amenaza de la inflación
Si hay algo que el sector ha aprendido de los últimos años, es a estar preparado para cualquier cambio de los vientos. A pesar de que en este 2023 la producción irá más de la mano con los volúmenes de pedidos y ventas, uno de los factores de riesgo que podría impactar en los números de este año es la inflación, la cual sigue presionando los bolsillos de los consumidores, quienes, afectados por las alzas generalizadas de los precios, podrían aplazar los grandes gastos de este año, como lo es la compra de coche.
El impacto en la posventa
ING también dedica un apartado en su análisis a la posventa. La cual, según el informe, se enfrenta a los mismos problemas que experimentan los fabricantes de coches, esto es presiones sobre la rentabilidad a las cuales harán frente con ahorros de costos y priorización de la producción y la distribución para proteger los márgenes.
Sin embargo, con el crecimiento de los volúmenes de producción también llegará una normalización de la cadena de suministro y es de esperarse que también una reducción de los precios de ciertos materiales.
El futuro es eléctrico
Más cercano o más lejano, esa no es la cuestión, la realidad, o mejor los datos, demuestran que el futuro del coche de pasajeros es eléctrico. Prueba de ellos es el impulso que tuvo las ventas de este segmento durante el 2022. A principios de ese año la flota mundial de vehículos eléctricos (BEV, HEV y PHEV) tenía un tamaño estimado de 16 millones de coches, sólo a lo largo del 2022 se matricularon más de diez millones de eléctricos nuevos y es una tendencia que continuará en el 2023.