A partir del año 2023 las localidades con más de 50.000 habitantes deberán tener una ZBE (Zona de Bajas Emisiones), con la que el tráfico quedará limitado a los vehículos con etiqueta ECO, Cero o C en determinados casos. Esta norma afecta a los coches sin etiquetas, a sus propietarios y también a muchos negocios que se encuentran en ellas, como los talleres. Respecto a estos problemas se ha pronunciado Juan Francisco Calero, en nombre de Serca, en el canal de YouTube del Grupo.
Tal y como explica Calero en el vídeo, la nueva norma afectará a los talleres que se encuentren en estas ZBE, porque dificultarán el acceso a los clientes a estos negocios. Es cierto que la norma recoge excepciones, como permitir el tránsito y aparcamiento de un determinado volumen de automóviles vinculados a ese taller, pero tal y como señala Calero, esta excepción no es del todo útil, porque la ubicación de algunos talleres dificulta el aparcamiento y la circulación de los clientes.
“Este cambio puede hacer que uno de estos pequeños negocios se vaya a pique, algo que ya está ocurriendo”, lamenta Calero. Y es que los talleres de Barcelona, donde esta ZBE ya ha entrado en vigor, han informado de que su volumen de negocio ha bajado un 40% con esta norma.
7,2 millones de coches afectados
Tal y como señala Calero, hoy “circulan con regularidad 7,2 millones de automóviles sin etiqueta medioambiental, de los cuales unos cinco son motor diésel y algo más de dos millones, gasolina”. Para todos estos vehículos la nueva norma de ZBE suponen un problema.
Tanto es así, que tal y como menciona Calero, han surgido asociaciones de consumidores contra las consecuencias que podría suponer esta norma de ZBE. Por un lado, los propietarios de los vehículos sin etiquetas medioambientales denuncian “el maltrato y discriminación” respecto a otro tipo de vehículos que sí las tienen.
Pero también ha despertado el desacuerdo entre aquellos que tienen sus trabajos en zonas céntricas y limitadas por esta norma, ya que se ven obligadas a comprar un vehículo nuevo o a recurrir a otras formas de transporte alternativas para poder acceder a sus puestos de trabajo, unas opciones que quizás no puedan costearse.
Para Calero, que se hayan “sobresubvencionado” solo los coche sin tubo de escape está teniendo sus consecuencias: Ahora tenemos un parque con más de 13 años de media; los de más de 15 están distribuidos por todo el territorio nacional; y los vehículos antiguos son más frecuentes ahora en zonas rurales con menos de 50.000 habitantes, por lo que siguen prolongando su vida y el problema de la contaminación no se soluciona. Por otro lado, cree que no se debería discriminar a personas que en su día compraron un vehículo con un tipo de homologación y que ahora siguen pasando la ITV.
Con todo ello, Calero, que define irónicamente esta normativa como “fantástica y brillante medida”, prevé que esta norma de ZBE será un asunto que dará mucho que hablar en 2023 y cree que se vienen “turbulencias”, por lo que queda expectante para ver cómo evoluciona…