“Uno de cada cinco talleres en España es ilegal. Esto además de un fraude supone un enorme riesgo para la seguridad de los vehículos, el medio ambiente y para los conductores que llevan sus vehículos a reparar a estos establecimientos”. Así encabezaba Mónica López un reportaje sobre talleres ilegales en La Hora de la 1 de TVE.
El equipo de investigación del programa se dirigía a un polígono industrial de Madrid para conocer cómo evolucionaba el caso en el que la Policía Municipal de Madrid desmanteló cinco talleres ilegales ubicados allí. Un mes después descubren que vuelven a estar abiertos.
“¿Cómo vamos a pagar el gasto del alquiler?” se preguntaba el dueño de uno de estos talleres clandestinos. Pues bien, a pesar de ser un taller ilegal, sin licencia, el negocio tenía algunos clientes que aportaban “algo” de trabajo. Además, más allá de la reparación de coches, el dueño del taller también obtenía ingresos por el alquiler de las instalaciones a otros mecánicos, por horas, a un precio de quince euros más IVA.
Pero este caso no es el único. El dueño de un taller ilegal de Andalucía, además de tener nueve vehículos para reparar en la nave y decenas de piezas de repuesto, afirmaba que, claro que ofrecían precios más bajos a los clientes que la competencia, “es que si no, morimos de hambre”.
La historia se repetía con otro taller de la Comunidad Valenciana al que la policía entraba en un coche camuflado. En este caso el dueño intentaba esquivar la sanción inventándose todo tipo de excusas: “No tengo licencia porque no me la van a dar del Ayuntamiento”, “iba a cerrar este fin de semana”, “no tengo coches de cliente; este es del vecino de al lado y este de un amigo” o “estas llaves son de coches míos”. Una hoja con nombres de clientes, trabajos y presupuestos le delatan. Finalmente, los agentes acaban denunciándolo.
Pero esta competencia desleal no solo la realizan los talleres, sino que también los desguaces. El equipo de investigación de TVE acudía a uno en el que saltaba a la vista el mal estado de las instalaciones, y que tenía vehículos sin descontaminar. Así, los agentes denunciaban a su dueño por un posible delito contra el medio ambiente.
En estos negocios clandestinos las reparaciones se realizan sin garantías, con piezas de desguace que no cumplen con las garantías de seguridad con las que deberían cumplir. También utilizan piezas que afectan al sistema de frenado, dirección y suspensión, casos en los que está prohibido usar piezas procedentes de desguaces.
Pero más allá de las piezas la mano de obra tampoco ofrece garantías. Ángel Vergara, gerente de Talleres Vergara, explicaba a TVE que quienes trabajan en los talleres clandestinos no saben lo que están reparando, y hacía referencia a la rotura de piezas: “De ahí que una reparación que puede costar treinta euros, pase a costar trescientos, porque no saben cómo funciona”.
Multa vs delito
Hay que diferenciar dos fases. Por un lado, tener un taller sin licencia, lo que conlleva una sanción administrativa o multa de tres mil a seiscientos mil euros. Por otro lado, figuran las consecuencias de lo que se haga en el taller o desguace. Esto último sí puede suponer un ilícito penal o delito. “No pensemos que un taller ilegal da lugar a un delito. Da lugar a una sanción administrativa. El delito es la consecuencia de esa ilegalidad”, explicaba Verónica Guerrero, abogada que acudía al programa como tertuliana.
Lo que dicen los talleres legales
La pregunta que se plantean los profesionales de los talleres legales ante los que desarrollan esta competencia desleal, es “¿cómo lo hacen?”. Máxime obedeciendo a su propia experiencia: pago de impuestos, revisiones, exigencias…
Sin embargo, Juanjo Vilar, mecánico de un taller de Madrid, señalaba que el sector de la reparación no solo se reduce a talleres legales e ilegales, sino que también hay talleres que sucumben a herramientas que por ser piratas o ilegales, son más baratas.
En su momento llegaron a ofrecerle un programa de diagnóstico pirata: “Hay talleres que piratean estos programas. Pero es difícil localizarlos porque son programas portátiles. Pero suponen un gran ahorro económico. El precio de un buen programa de diagnosis puede ascender a los ocho o diez mil euros, mientras que la versión pirata podría costar solo trescientos”.
Lo primero: A los ilegales, mano dura.
Pero hay que distinguir entre talleres ilegales y talleres que cometen una ilegalidad.
He leído en prensa (incluso especializada) tildar a algún taller de ilegal. Al final, resulta que al taller es que le faltaba nosequé papelito de la retirada de residuos , o que no disponía de hojas de reclamaciones, o que tenía X coches sin orden de reparación…….
Seamos serios: Si yo voy con mi coche a 160 por la autopista, estoy cometiendo una ilegalidad, pero mi coche no es ilegal.
Dicho esto: Mano dura contra los ilegales.
habria que controlar tambien a los legales – a medias – .¿porque yo tengo que gastarme 30.000 € como minimo en una cabina de pintura , para poder dar servicio y estar legal como taller de pintura, y sin embargo el vecino de al lado tiene una -cabina- de mamposteria y encima es taller concertado de alguna compañia de seguros ?
Eso es muy fácil pedir fac.legal en la itv para pasarla.
Eso es muy fácil pedir a los coches en la itv facr.para pasar.
Una mayor presión de las administraciones es el arma a utilizar. Que no esperen a la denuncia del vecino, asociación etc. Las mismas campañas de inspección que se hacen a los talleres de reparación legales (localizados, conocidos, accesibles) deberían hacerse para el rastreo, sanción y regularización o eliminación de los ilegales.