Fagenauto, la Federación de Asociaciones y Agentes Oficiales de Automoción, ha denunciado la forma de proceder que está teniendo Stellantis, grupo automovilístico internacional que explota y comercializa marcas como Fiat, Alfa Romeo, Maserati, Peugeot o Citroën entre otras, después de que sus marcas cancelaran los contratos con los agentes y servicios oficiales de sus redes de distribución y posventa. Stellantis, tal y como afirma Fagenauto, todavía no ha presentado los borradores con los nuevos marcos de relación con sus redes, agentes y servicios oficiales, algo que tiene en vela a estas empresas respecto a su rentabilidad.
Un año ha pasado ya de los dos que estipula la legislación que debe realizarse el preaviso de cancelación de contratos y todavía Stellantis no ha dicho nada al respecto a los agentes y servicios afectados. Aún no saben cómo serán los contratos ni los nuevos criterios de selección, por lo que “no pueden tomar las decisiones adecuadas para garantizar su futuro empresarial”, señala César Sanz, secretario ejecutivo de Fagenauto. Y es que esto ocurre a pesar de que las empresas afectadas tendrán que seguir realizando las inversiones a las que obliga la marca “sin garantía alguna de que vayan a poder rentabilizarlas”.
Fagenauto cree que Stellantis está generando una “grave vulnerabilidad” a los agentes y servicios oficiales españoles afectados, por lo que le ha propuesto dos soluciones. En primer lugar, y “de forma urgente”, entregar los borradores. En segundo, y en caso de no realizarse lo anterior, dar un nuevo preaviso de 24 meses a partir de que se presenten los contratos.
Asimismo, a juicio de Fagenauto, que las autoridades europeas estén revisando el Reglamento que regula la competencia en el sector de la distribución de vehículos en Europa “no justifica la estrategia de Stellantis”.
César Sanz, compara el caso de Stellantis con el de otros grupos automovilísticos que también han cambiado su modelo de distribución. Afirma que en esos otros casos “su preaviso de cancelación de contratos ha ido acompañado de las nuevas propuestas de futuro de esas marcas”, lo que ha permitido a los empresarios afectados “disponer de tiempo suficiente para analizar si éstas les resultan interesantes o no”. Y es que en el caso de Stellantis ha ocurrido todo lo contrario.