José Luis Gata, responsable del mercado posventa de Solera, una multinacional dedicada a generar soluciones de alto contenido tecnológico en torno al vehículo y el hogar, ha asegurado que se está encontrando con grandes dificultades a la hora de encontrar chapistas y pintores: “No hay cantera para este tipo de trabajo, porque es muy manual. Y un buen chapista sólo lo es cuando ha acumulado cierta experiencia, muchos años de trabajo”.
Por su parte, Cristina García, gerente de Sertisa, concesionario oficial de la marca Citroën, ha explicado que, aunque no tienen dificultades para incorporar a jóvenes en prácticas, les cuesta mucho encontrar a profesionales con experiencia: “Nos cuesta un montón encontrar a profesionales con experiencia. Necesitamos a gente resolutiva”, ha señalado.
En efecto, las nuevas motorizaciones y el cambio en los hábitos de compra del cliente final han fomentado la formación de especialistas en ámbitos como la electrónica, la ingeniería informática o la electromecánica. Obviamente, esto es positivo: el sector evoluciona y al hacerlo genera nuevas necesidades profesionales y, por ende, nuevos puestos de trabajo.
Sin embargo, la moneda tiene otra cara y esta pasa porque los trabajos tradicionales, ‘los de toda la vida’, cada vez son más minoritarios. Porque claro, tal y como ha manifestado Jon Lekue, gerente de Autonervión y presidente de la Asociación de Concesionarios de Bizkaia, “todo el mundo quiere ser el mecánico de Fernando Alonso. Lo otro, la carrocería, es más artesanal”.