2022 fue un año complejo para el sector. Así lo desvelan datos de Conepa respecto a su facturación y su rentabilidad. No obstante, los talleres confían en que este nuevo año esté marcado por la estabilidad.
La evolución inflacionista en 2022, que elevó el precio medio de las reparaciones, y el aumento -en un 4,3%- de las visitas al taller, hicieron que el año pasado la facturación del sector superara los 13.100 millones de euros, lo que supone que su cifra de negocio aumentó un 6,7%.
Pero esta cifra no solo es superior a la de 2021, sino que también lo es respecto al año anterior a la pandemia. El año pasado el sector facturó un 3,5% más que en 2019, dejando atrás los 12.650 millones de euros de aquel año.
Para Conepa tampoco son positivos los datos de rentabilidad media del sector, que cada vez es más baja. Lo es especialmente en el ramo de la carrocería, aunque esto no es nuevo: las tensiones entre el sector y las compañías de seguro están a la orden del día. De lo contrario, los sectores de mecánica rápida y electromecánica presentan una rentabilidad similares a las de 2021.
En cuanto al empleo, hay unas 151.000 personas trabajando en el sector en España, una cifra que, aunque es estable respecto a 2021, podría ser mayor si hubiera más profesionales cualificados disponibles.
Y precisamente es esta la mayor preocupación de los talleres, ya que no son capaces de aumentar sus plantillas por la falta de mecánicos. También tienen otras inquietudes como la presión normativa, que se traduce en un aumento de las obligaciones legales de los talleres y del número de inspecciones. No obstante, datos de Conepa desvelan que el sector tiene esperanza y espera que este 2023 esté marcado por la estabilidad.