La falta de personal, de stock de piezas y de la cultura por parte de los usuarios de llevar el mantenimiento del coche al día, son los tres factores que están llevando a los talleres a la desesperación por no dar abasto. Son los motivos que mencionan desde Adeabur, los talleres burgaleses, como los principales por los que, especialmente en verano, han aumentado considerablemente los tiempos de espera para las reparaciones. Y es que esto, puede suponer una molestia para los clientes, pero a los talleres no les queda otra…
Gabriel Martínez, secretario general de Adeabur, asegura que “los talleres están saturados; tienen vocación de atender, pero les es imposible”. Tanto que, aclara, “en el mismo día no van a recibir el coche. Te darán cita y, como en el médico, hay una lista de espera, que, dependiendo de la avería, la disponibilidad de piezas, etc., puede prologarse durante semanas”.
El motivo de esto es que “los talleres están llenos”; de hecho, la carga de trabajo es tal, que en muchos casos tienen que trabajar más allá de su horario habitual para poder llegar a todo.
Una de las razones por las que Martínez señala que esto está ocurriendo es porque no hay suficientes profesionales, especialmente chapistas, pintores y electromecánicos, aunque el problema es generalizado porque “ni siquiera para las labores más básicas es fácil encontrar candidatos”, lamenta. De hecho, recuerda lo que ocurrió en la última feria de empleo en la que Adeabur estuvo presente: “Había veinte ofertas de trabajo, pero recibí cinco currículums”.
Sin embargo, para el secretario general de Adeabur, el motivo por el que faltan profesionales no es sólo que no hay, sino también que hay negocios que no se plantean contratar personal, por rentabilidad. En este sentido se refería al conflicto latente que hay entre compañías de seguro y talleres de chapa y pintura: “Los precios de las aseguradoras en la intervención en carrocería sitúan a cero la rentabilidad de los talleres poniendo en riesgo a quien está especializado en este área que, cada vez tiene menos capacidad para cubrir personal en las mejores condiciones”, añade el secretario general de Adeabur.
Asimismo, se refería a “la dificultad de competir” que tiene el sector, formado por pymes en su mayoría, frente a las multinacionales, que atraen a gran parte de los profesionales por los horarios o salarios que ofrecen; así como los talleres del mundo rural y los dedicados al vehículo industrial o agrícola, donde se agrava el problema de la falta de mecánicos.
“No hay piezas”
El secretario general de Adeabur menciona además que la falta de piezas también prolonga los tiempos de espera, ya que impide a los mecánicos avanzar en las reparaciones, con la consecuente acumulación de trabajo que ello supone.
“Desde la crisis económica raro es el taller o el distribuidor que tiene un amplio stock como el que había antes, también las fábricas calendarizan la producción de piezas y eso hace que algunas tarden más tiempo en llegar porque es que no hay”, explica Gabriel Martínez, que alude también a la compleja tecnología que incorporan ciertos dispositivos de los vehículos y que complican ciertas operaciones, como las calibraciones, por ejemplo, alargando los tiempos de reparación.
Usuarios “poco concienciados” con los mantenimientos
Pero la falta de mano de obra y de piezas no son los únicos motivos por el que “los talleres estén llenos”. Para Martínez esto también tiene que ver con la poca concienciación que tienen los usuarios de la importancia de llevar el mantenimiento del coche al día. Y es que, asegura que sólo visitan el taller en momentos críticos: “Cuando ya está la avería o cuando se necesita hacer un trayecto largo, a pesar de que llevar el mantenimiento al día evita esperas como las que se dan en verano y averías de alto coste”.
“Cero rentabilidad”
Por último, Martínez menciona el conflicto latente que hay entre compañías de seguro y el sector por lo poco rentable que les resulta a los talleres de carrocería trabajar con ellas: “Los precios de las aseguradoras en la intervención en carrocería sitúan a cero la rentabilidad de los talleres poniendo en riesgo a quien está especializado en este área que, cada vez tiene menos capacidad para cubrir personal en las mejores condiciones”, añade el secretario general de Adeabur.