En mis visitas a los talleres, donde observar las actitudes y comportamientos, tanto del personal del taller como de clientes, es algo que forma parte de mi profesión.
En la mayoría, pero especialmente en taller multimarca, se puede ver como el cliente, en muchos casos, traspasa su problema al taller y como el taller se lo compra con suma facilidad.
Evidentemente, esto es más recurrente en el multimarca porque normalmente el que atiende al cliente es, en muchos casos, el propietario del negocio.
Pero también observo con facilidad que se van las horas productivas sin que éstas produzcan ingreso alguno en las arcas del taller.
Parece que aún no nos damos cuenta de que la actividad del taller es comprar y vender horas, y que la balanza entre compras y ventas ha de estar equilibrada para que la rentabilidad del negocio sea correcta. El negocio del taller no es vender piezas, como muchos piensan o quieren creer, para eso ya están los distribuidores de recambios.
Presente y futuro pasa por hacer valer la mano de obra, a corto y medio plazo, el peso de la facturación de la mano de obra se incrementará en relación con el reparto actual de una factura, donde actualmente es 40% mano obra por 60% de piezas (en mecánica).
Dar valor a la mano de obra dignifica la profesión. Son vuestros conocimientos, formación, experiencia e inversión realizada en vuestros negocios.
Honestidad y calidad no han de estar enfrentadas a la rentabilidad.
¿Y si cobramos la mano de obra de cambiar una lámpara? Yo casi que prefiero regalar la lámpara y cobrar mi tiempo. ¿O el tiempo de sustituir unas escobillas o una batería?
¿Y borrar un fallo con nuestro equipo de diagnosis?
Pensar que, si hacemos estos trabajos sin darle ningún tipo de valor, nuestros clientes no van a valorar este tipo de intervenciones.
Haceros la pregunta de si estáis engañando a vuestro clientes por eso. O preguntar a vuestros clientes si ellos en sus trabajos o negocios son tan generosos. No sé, pero a mí no me acostumbran a regalar las chuletas, la gasolina, los muebles, etc., “quizás” algún chupito después de alguna cena o comida. Y pongo entrecomillado lo de quizás…
Un ejemplo. Regalar 5 minutos cada día en trabajos realizados y no cobrados suponen 20 horas al año. Quizás 20 horas no signifiquen mucho, pero y si multiplicamos esas 20 horas por vuestro PVP de mano de obra.
Con el montante resultante de esa multiplicación se puede pagar algún coste fijo de vuestra actividad. O adquirir algún servicio necesario para facilitar la gestión de vuestro negocio.
Como alguien dijo una vez:
“son 300 pesetas”
pero oiga, que solo fue apretar un tornillo.
“lo de apretar el tornillo es gratis, le cobro por saber que tornillo apretar”
Lleva usted toda la razón del mundo, pero los que vivimos en un pueblo y tenemos un taller pequeño si cobramos por cambiar una lampara o algo pequeño salimos en todos los periódicos y conversaciones, por no decir que perdemos el cliente.
La solución seria que todos los talleres lo hiciéramos, pero claro esa es la gran apuesta de siempre, poner a todo el sector de acuerdo, cosa que es imposible, ya que siempre habrá uno que se saldrá del tiesto.
Pero como idea es muy buena.
Totalmente de acuerdo. Una reflexión muy acertada. Nos sigue faltando cultura empresarial.
Totalmente de acuerdo Manuel
Hola!!! comparto lo que dices ,pero esto va mas allá,no son los cincos minutos solamente, es el desconocimiento de ciclos de trabajos ,desconocimientos de sus empleados ( ACTITUD , CONOCIMIENTOS,HABILIDAD PARA RESOLVER UN PROBLEMA ) , desconocimientos del uso de productos ,tener la persona adecuada para llevar ese proyecto ( un jefe ,un líder) alguien que tenga la capacidad de saber lo que hay que hacer en cada momento, y eso es realmente importante ,saber seleccionar al profesional,es tan indispensable como conocer y hacer bien el trabajo de recepción. Es mas profundo esto pero no hay tiempo.