La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Jefatura Superior de La Rioja se ha planteado un nuevo objetivo que va dirigido a los conductores: concienciarles respecto a los robos de catalizadores de vehículos, una práctica que, a pesar de que no es nueva, es cada vez más habitual.
Para los ladrones robar los catalizadores de los coches es algo sencillo, según explica la Policía a La Vanguardia, ya que solo necesitan soltar los tornillos que unen la pieza al tubo de escape y al silenciador. Los ladrones también suelen cortar los tubos directamente, una manera más rápida todavía de hacerse con ellos.
Sin embargo, el robo del catalizador puede evitarse, y es aquí donde entra en juego el papel de los talleres. Más allá de tomar medidas preventivas como dejar el coche en lugares oscuros, solitarios y apartados en aparcamientos, descampados, zonas periféricas, polígonos industriales o zonas de estacionamientos generales, se debe visitar el taller para instalar una plancha inferior protectora.
De esta manera, para los ladrones es más difícil acceder a la pieza y desmontarla, por lo que es probable que elijan otro vehículo en el que intervenir. En la misma línea, se recomienda pintar el catalizador “con alguna pintura estridente, calorífica y que resista las altas temperaturas que se generan en esa zona del vehículo ”, con la que se diferencie a simple vista de una pieza original. Así, el ladrón tendrá más difícil revenderlo en el mercado negro y podría desistir en robarlo.
Por último, los agentes también aconsejan marcar en la pieza la matrícula del vehículo o el VIN, la serie de 17 números que funcionan como el DNI del vehículo para que les cueste más venderlo.
¿Por cuánto se vende?
Los ladrones no suelen reutilizar los catalizadores que roban, ni tampoco lo revenden en el mercado negro. Más bien lo que suelen hacer es vender los metales preciosos que contiene. Y es que, según la Policía Nacional, en un catalizador de medidas estándar “suelen encontrarse unos dos gramos de paladio, en torno a cinco de platino, y unos pocos miligramos de rodio”.
Estas cantidades pueden parecer pequeñas, pero lo cierto es que un gramo de paladio se paga a casi 70 euros, el del platino a unos 30 y a 500 el de rodio, explican desde La Vanguardia.