La inflación ha frenado la demanda de compra de vehículos justo en el momento en el que paulatinamente se está recuperando la oferta y su stock, tan impactado por la crisis de los componentes. El mercado ha cambiado de prioridades: la rentabilidad va ahora antes que el volumen, por lo que se venden vehículos con mayores márgenes que hace un año.
El precio de un coche hoy se sitúa en los 22.700 euros de media, un 11% más que hace un año, según datos de la Agencia Tributaria. Según Sumauto, los concesionarios podrían bajar un 15% los precios de los coches nuevos y aun así seguir ganando dinero.
¿Por qué podría ser positivo bajar los precios?
Las cadenas de producción han continuado alimentando a los concesionarios de vehículos, que han podido mejorar cada vez más sus stocks debido a los paulatinos incrementos de las fabricaciones. El problema ahora, solucionado en gran parte lo anterior, es que la demanda en los particulares se encuentra congelada por efecto de la inflación.
Por este motivo, los concesionarios empiezan a dar salida a parte de su stock a través otros canales para evitar el posible atasco. En este sentido, el punto de inflexión fue la primera subida de tipos de interés el pasado mes de julio, que afectó de lleno a los distribuidores, al ver incrementados los gastos financieros con los que sufragan su stock.
En concreto, en el caso de las automatrículas, aumentaron sólo en septiembre un 16% para derivar al mercado de ocasión. Lo mismo sucede con el ‘rent a car’, con un incremento del 60,9% ese mismo mes, un segmento olvidado tras la pandemia.
Por todo ello, desde Sumauto alertan de la necesidad de incorporar de nuevo a los particulares en el mix, ajustando la oferta para hacer más accesibles los precios con el objetivo de estimular la demanda y de agilizar la rotación de stock, toda vez que, por mucho que se alimente el mercado de ocasión a partir de matriculaciones tácticas -también llamadas ‘automatriculaciones’, lo cierto es que las ventas de VO también están a la baja, con una previsión de caída para este año del 2,5%.
Esta situación puede conllevar un impacto negativo en el precio de los vehículos usados, ya que, a más stock y menos demanda, el importe medio podría empezar a disminuir y con ello la rentabilidad de las redes de distribución que alimentaron su stock a un coste mucho mayor del habitual. De ahí la necesidad, según Sumauto, de desplegar el stock de vehículos de una forma más uniforme entre canales y no centrarse en uno solo, como es derivar VN a VO. De ahí que Sumauto ponga el foco en que los concesionarios podrían bajar un 15% los precios de los coches nuevos y aun así seguir ganando dinero.