En julio de 2022 la patronal de talleres Conepa publicaba su tradicional informe semestral: la segunda mayor preocupación para los talleres mirando ya al segundo semestre del año no era otra cosa que la falta de personal. Un sector que durante la pandemia apenas sufrió despidos (sólo se redujo la plantilla en un 5% en los peores momentos, recuperándose prácticamente por completo actualmente) y que actualmente emplea a 151.000 personas.
Adecco, empresa especialista en la selección de personal y reclutamiento, publica un informe cada año en el que analiza cuáles son los perfiles más demandados en España. ¿Adivinan cuál fue uno de ellos en 2021 y lo que llevamos de 2022? Sí: electromecánico. “Existen varios sectores en los que reclutar candidatos es especialmente arduo”, decían. Uno es el nuestro.
Mil jóvenes cada año
Llegados a este punto, la pregunta sale casi sola: ¿Por qué si se trata de un sector con mucha demanda de trabajo, en principio además estable, existe esa falta de profesionales? Pero la respuesta también: porque no se está consiguiendo ser lo suficientemente atractivos.
Yendo a las cifras, puede entenderse mejor la dimensión del problema y algunas de sus causas.
En 2020 salieron con titulación de FP relacionada con el Transporte y Mantenimiento de Vehículos -básica, media o superior- más de 11.500 jóvenes que deberían ser quienes alimentaran el flujo de entrada de nuevos trabajadores en el sector.
No se entiende además que habiendo la necesidad que existe de profesionales en el sector, cada año las plazas de los cursos relacionados con Automoción sean insuficientes para cubrir la demanda de alumnos. Lo explicaba Julio Velasco, profesor de FP y uno de las cabezas visibles de la fundación Comforp -Compromiso con la Formación Profesional-, buen conocedor del asunto: “La cantidad de chavales que se quedan fuera o que estudian otra rama profesional por falta de plazas es un problema cada año”, destacaba Velasco.
No se entiende además que habiendo la necesidad que existe de profesionales en el sector, cada año las plazas de los cursos relacionados con Automoción sean insuficientes para cubrir la demanda de alumnos.
Las cifras el Ministerio de Educación hablan de un sector con una alta demanda de alumnos: la rama de Transporte y Mantenimiento de Vehículos es la sexta con mayor peso de todas las de FP. Julio Velasco apuntaba en este sentido a una clara deficiencia del sistema, además de “una evidente falta de medios” para explicar que habiendo esta demanda no se consiga responder con una oferta adecuada.
Pero si a esto añadimos que apenas el 10% de los que salen de las FP terminan por trabajar en talleres -según cifras aportadas por Pepe Rodríguez Robayna, presidente de ATARE: Cetraa Gran Canaria-, la cosa se complica aún más. Cerca de mil jóvenes cada año para alimentar un sector de 151.000 trabajadores: a todas luces parece insuficiente.
La siguiente pregunta es lógica: ¿Por qué quienes estudian una rama profesional relativa a la reparación y mantenimiento de vehículos no terminan por trabajar en el sector que a priori sería su salida natural?
Caros y mal preparados
Dos de los motivos podrían estar íntimamente ligados. Según Julio Velasco (Comforp, profesor de FP), “los jóvenes por norma general no salen bien formados de los ciclos. Existe una brecha enorme entre las aulas y lo que se encuentran en los talleres”. Hacía también autocrítica, señalando al mismo tiempo a la Administración: “Los profesores necesitamos estar también mejor formados. A excepción del País Vasco, donde el profesorado se ‘recicla’ y actualiza en un organizamos específico llamado Tknika, los profesores no estamos suficientemente formados y los recursos con los que contamos no son los adecuados”. Más claro imposible.
Y siendo tan grande el salto entre las aulas y los talleres, es lógico pensar que en un primer momento, cuando el alumno (siéndolo aún o ya con el título en la mano) llega al taller, el empresario deberá apostar por continuar su formación. De esta situación hablaba el presidente de ATARE (Cetraa Gran Canaria), Pepe Rodríguez Robayna: “Tenemos que formarlos. Tardan de seis meses a un año hasta que son de alguna manera productivos realmente y mientras tanto el coste lo asume la empresa”.
Antonio Atiénzar, presidente de Apetreva (Cetraa Albacete), era claro en este sentido: “Cuando un FP llega a una de nuestras empresas aún le queda mucho camino. Pedimos ayudas a las Administraciones para que mejore la formación, por un lado; y para echar una mano a las empresas, por otro”. Profundizaba a continuación en esto último: “Hoy en día los dos contratos que existen para los jóvenes que empiezan a trabajar en los talleres, el de prácticas y de formación, son caros: la empresa no puede asumir tanto coste por un trabajador que lo que está haciendo es aprender. Se ha perdido la figura del aprendiz: quizá habría que trabajar alguna fórmula para recuperarla”.
¿Somos atractivos?
Más allá de las dificultades de los empresarios para contratar a jóvenes aún en formación -con el consiguiente impacto negativo para la llegada de estos al sector-, existen otras razones que explican el déficit de profesionales.
Por un lado, los talleres compiten de forma directa con otros sectores que forman también parte de la automoción y que buscan para algunos de sus puestos de trabajo perfiles laborales idénticos a los de los reparadores.
Sernauto -patronal de proveedores de automoción: los fabricantes de componentes, para que nos entendamos- alertaba en junio de la falta de profesionales que estaban detectando las empresas que formaban parte de la asociación. En un informe realizado junto a la consultora Hays decían que el 63% de las empresas de automoción planea contratar nuevos trabajadores durante los próximos meses, si bien, el 56% de ellas han notado un incremento de ofertas rechazadas”. Y estaban poniendo toda la carne en el asador.
Las empresas que forman parte de Sernauto emplean a más de 201.000 personas en España, algunas con perfiles idénticos a los que trabajan en los talleres. Si sumamos a esta gran masa ‘empleadora’, otros sectores que también cuentan con puestos específicos que compiten con los de los talleres como los fabricantes de vehículos, representados por ANFAC, que emplean a 65.000 personas; la distribución de recambios -ANCERA-, que da trabajo a 45.000; las ITV… Vemos que los jóvenes que salen de las FP tienen dónde elegir. Lo que necesita el sector es hacerse atractivo.
Preguntado por este asunto, Manel Báez, consultor especialista en gestión empresarial en el taller -al frente de Assistec y socio fundador también de Assistec Re-Evolution- lo tenía claro: “Muchos jóvenes estudian mecánica, pero ven mejor salida en la industria porque cobran lo mismo o más con menos problemas y responsabilidades, en trabajos a veces incluso menos comprometidos para su salud, menos grasa… Creo que los chicos y chicas que salen de las FP muchas veces eligen otros caminos por una cuestión de calidad de vida”.
“Muchos jóvenes estudian mecánica, pero ven mejor salida en la industria porque cobran lo mismo o más con menos problemas y responsabilidades, en trabajos a veces incluso menos comprometidos para su salud, menos grasa… Creo que los chicos y chicas que salen de las FP muchas veces eligen otros caminos por una cuestión de calidad de vida”.
Para el consultor es una consecuencia “del poco valor que se ha dado al conocimiento”: “Están cobrando una mano de obra que en muchísimas ocasiones no sirve para pagar un salario que corresponda a la responsabilidad que se tiene en el taller y el conocimiento que se necesita. Si no cobran lo justo por su trabajo no pueden pagar lo suficiente para atraer talento”. En boca de Báez la ecuación parecía sencilla.
Hablando de dinero…
Y es que hablando de salarios, otro estudio de Adecco ponía cifras medias en España que sirven para hacerse una idea. Porque la comparativa que ellos realizan en su informe en la misma que pueden hacer los profesionales que estén pensando en cambiar nuestro mercado por otro.
Según Adecco, el salario medio anual de un electromecánico que trabaja en un taller en España supera por poco los 18.000 euros, siempre hablando de cifras brutas, pudiendo superar los 23.700 al cumplir más de cinco años de experiencia; prácticamente lo mismo que un montador de piezas en la industria -en líneas de producción de fábricas-, que apenas alcanza los 17.500 pudiendo llegar a los 22.000. El sueldo de un pintor, de media, rondaría los 19.000 euros al año. Un jefe de taller se sitúa en torno a 20.000 euros anuales, pudiendo llegar a los 26.000 si lleva más de cinco años en el puesto.
Por comparar, el salario medio en España se sitúa en 25.000 euros -siempre brutos- al año, mientras que el sueldo más frecuente (el que más se repite entre los trabajadores de nuestro país) no supera los 18.500. Por tanto, nuestro sector se encuentra considerablemente por debajo del sueldo medio y en sintonía con el más frecuente.
Por comparar, el salario medio en España se sitúa en 25.000 euros -siempre brutos- al año, mientras que el sueldo más frecuente (el que más se repite entre los trabajadores de nuestro país) no supera los 18.500. Por tanto, nuestro sector se encuentra considerablemente por debajo del sueldo medio y en sintonía con el más frecuente.
Por seguir comparando, de media, en la construcción el salario de un trabajador medio se sitúa por encima de los 21.000 euros -lo mismo que, como curiosidad, perciben de media los trabajadores de Mercadona, que empiezan cobrando 18.000-, mientras que un programador que accede a su trabajo por la vía de la FP, cobra casi 30.000 euros al año.
Es sólo un ejemplo, pero hagámonos la pregunta: en todo este contexto, si fuésemos jóvenes, ¿buscaríamos opciones más allá del taller?