Así lo aseguró Borja Carabante, Delegado de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. El plan pasa por facilitar a los usuarios el acceso a los coches a través de ayudas, instalar una red de recarga pública –tanto en la vía como en aparcamientos-, y electrificar la nueva flota del EMT (Empresa Municipal de Transporte).
Con el fin de facilitar el accesos a los coches eléctricos, el Ayuntamiento puso en marcha el Plan Cambia 360 para ayudas a la compra de coches eléctricos particulares, cuya línea inicial -10,5 millones de euros- se agotó en sólo cinco días. Sin embargo, Carabante anunció que ya se ha aprobado una ampliación de cuatro millones, al tiempo que reafirmaba el compromiso de mantener este plan en 2023.
Para el Delegado, además de las ayudas de la administración “también hay que romper el círculo vicioso de que no hay infraestructura de carga porque no hay coches eléctricos, y viceversa”. Para romper con ese círculo, el Ayuntamiento ha duplicado los puntos de recarga en la vía pública y ha publicado una ordenanza municipal que obliga a todos los aparcamientos no residenciales (privados, públicos y comerciales), a contar con al menos un punto de recarga eléctrica por cada 40 plazas de estacionamiento.
Por otra parte los vehículos nuevos de la EMT serán eléctricos para dar “ejemplo con la flota municipal”.
A pesar de las medidas el plan de electrificación de Madrid sigue encontrándose con importantes desafíos por resolver: por un lado, que el 70 por ciento del parque urbano “duermen en la calle”, y el otro que la edad media del parque móvil es de 12 años, “de las más altas de capitales europeas”.