Un buen cliente, y creo que ya utilicé esta frase en algún otro artículo, me comentó que el taller es como un gallinero: hay gallinas que salen, otras que entran, y deberíamos intentar tener el gallinero equilibrado para poder seguir alimentándonos.
También me habréis escuchado decir que un taller mecánico de 2.5 operarios con un precio hora de 40€ puede dejar de facturar 120.000 € entre mano de obra y recambio si no tiene bien equilibrado su gallinero -que serían las horas-.
¿Por qué? Varios son los motivos.
El primero es no darle valor a lo importante. Y no voy a hablar del precio en este artículo, sino de la cantidad.
Un taller independiente, esté adherido a una red o no, repara un parque cada vez más envejecido y averías, que con el paso del tiempo y kilómetros, se complican para el taller. Ahí sabemos que alguna gallina -horas- se nos va a escapar porque no siempre se puede facturar todo el tiempo invertido.
Pues aquí van algunas pautas para minimizar/compensar esa fuga de horas.
Dicho esto, voy a incidir en que hemos de facturar/presupuestar correctamente. Para ello recomiendo que os apoyéis en el libro de tiempos del fabricante para todo tipo de intervenciones. Recordad que no es posible facturar más del tiempo indicado en estas tablas (+20%) como así se refleja en el reglamento de talleres y que para coches de más de 10 años estas tablas ya no son de referencia y por tanto, se podría aplicar el tiempo invertido, siempre con criterio y sentido común, evidentemente.
Tornillos que se pasan, oxidados, etc. Estas casuísticas, que ocurren en el día a día, se deberían cobrar ese tiempo empleado.
Enviar un pequeño vídeo/foto al cliente, utilizar los diferentes programas de tiempos que todos los talleres tenéis en vuestra empresa para aplicar posiciones de mano de obra para extracciones complicadas y así facturar ese tiempo (1 Ut).
Los trabajos de mantenimiento. Dejad de usar el ojímetro o valores predeterminados. ¿Utilizamos el mismo tiempo para sustituir los filtros de un Audi A2 que en una Xara Picasso?
Estos trabajos son los más rentables en el taller. Se hacen en menor tiempo que el que se factura y el que se indica en el baremo del fabricante, pero no hay que quedarse cortos. En cada taller que pisamos analizamos este tipo de intervenciones y siempre, siempre, el taller se queda corto si no aplica el tiempo del fabricante. Muchos pocos hacen un mucho.
Y por último, dibujad procedimientos de trabajo y estableced algunas rutinas. Por ejemplo, en la preparación de la cita. Cruza la información del fabricante con el histórico que tienes en tu DMS, mira qué trabajos no se han llevado a cabo y propón al cliente un mantenimiento óptimo para su vehículo. Y quizás así no tengamos en el futuro operaciones complejas por un deficiente mantenimiento…
Proponer no significa cerrar la venta, pero sí que puedes acordar con tu cliente periodificar esas intervenciones en el tiempo.
Mucha teoría en este artículo… Ya lo digo yo, que seguro que lo estás pensando al leerlo. Esta teoría puedes aplicarla, aunque evidentemente dependerá de las auto excusas que te pongas. Por ejemplo, el “pero esto aquí no vale…”, el “pero esto es un pueblo…” o el “pero como voy a cobrar por borrar el fallo, pierdo a mis clientes…”.
Tú tienes la decisión de ponerte el sombrero de empresario y ganar dinero en lugar de moverlo. Porque ya se van viendo tarifas reducidas, PVPs que se van adecuando a algo lógico y descuentos evidentemente más pequeños.