Mª Luisa Soria, directora de Relaciones Institucionales e Innovación de Sernauto, ha elaborado un análisis a fondo sobre la legislación de emisiones de CO2. De él se concluye que la cuota de reducción de emisiones de CO2 para 2030 -del 37,5% para automóviles y del 31% para furgonetas- es fruto de un tira y afloja entre la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo.
Durante el año pasado se desarrolló el complicado proceso legislativo para regular las emisiones en la Unión Europea. Un proceso que, según Soria, fue fruto de una negociación trilateral entre tres órganos europeos y dio pie a la actual legislación europea de emisiones de CO2.
Tal y como explica en un artículo publicado en la página web de Sernauto, el punto de partida fueron las propuestas de la Comisión Europea del 8 de noviembre de 2017 y del 16 de mayo de 2018, que establecían los posibles estándares de los vehículos ligeros y pesados, respectivamente.
Asegura que la Comisión proponía una reducción del 30% para los vehículos nuevos en 2021, tanto para automóviles como para furgonetas, y que “el Parlamento defendía una posición más ambiciosa, incrementando el nivel de reducción de emisiones en 2030 al 40%, mientras que el Consejo Europeo adoptó un posicionamiento intermedio en su reunión del 9 de octubre”.
El acuerdo final ya es archiconocido: un objetivo de reducción de emisiones de CO2 del 37,5% para automóviles y del 31% para furgonetas en 2030, “valores superiores a los planteados por la industria europea de proveedores de automoción”, en sus palabras.