La decisión de la Comisión Europea de adelantar a 2035 el fin de la venta de vehículos de combustión en la Unión Europea ha puesto en alerta a los servicios oficiales integrados en Fagenauto. Según la entidad, «se están poniendo en riesgo decenas de miles de empresas y cientos de miles de empleos en España y Europa», por lo que exige al Gobierno «una estrategia que garantice la sostenibilidad económica de las empresas de automoción».
Y es que para la patronal de los agentes y servicios oficiales, la elección de la electromovilidad como única vía para lograr los objetivos de descarbonización marcados por Bruselas ocasionará «un grave y serio perjuicio económico y social» en los países de la Unión. Además, Fagenauto considera que esta tecnología «no garantizará la satisfacción de las necesidades de movilidad de los ciudadanos».
«La actividad en posventa será dramáticamente inferior»
Para César Sanz, secretario ejecutivo de Fagenauto, en el actual escenario legal de prohibición de los vehículos de combustión en España en 2040, recogido en la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica aprobada hace ahora un año por el Gobierno, «el impacto sobre las empresas y el empleo del sector español de la automoción va a ser enorme. Adelantar ese horizonte temporal a 2035 como parece que quiere la Comisión Europea y acaba de aprobar el Parlamento Europeo es, sencillamente, inasumible, y puede tener unas consecuencias catastróficas para el tejido empresarial y el empleo en la automoción».
Sanz recuerda que el despliegue de la electromovilidad en nuestro país «está siendo especialmente lento» respecto a otros países de nuestro entorno y la actividad económica que genera, especialmente en posventa, «es dramáticamente inferior a la actual». Por eso, desde la patronal se han puesto en contacto con el Gobierno para exigirle «que tenga en cuenta la contribución a la sociedad de empresas como los agentes y servicios oficiales que integran nuestra asociación».
Asimismo, Fagenauto ha pedido al Ejecutivo que «flexibilice la consecución de los objetivos de descarbonización, permita lograrlos desde un criterio de neutralidad tecnológica, donde las nuevas tecnologías de combustión eficiente, incluyendo a los ecocombustibles y los combustibles sintéticos, demuestren su eficacia y, en cualquier caso, contemple medidas para garantizar la sostenibilidad y viabilidad económica de nuestras más de 1.500 empresas y el mantenimiento de los más de 20.000 empleos de calidad que generamos».