En 1960, en Barcelona, nace en el núcleo de una familia migrante y trabajadora Rafael Castilla. Ha dedicado toda su vida al sector, porque le apasiona. Con sólo trece años, y por mediación de sus padres, se incorporó al equipo de una concesión Ford, donde comenzó a “trastear”, pero no fue hasta sus 19 años cuando realmente supo que su mundo era el de la automoción y los recambios: “En Kramer –marca constructora de máquinas agrícolas y de construcción– me enamoré de él”.
Treinta años después de incorporarse a aquella empresa que le engancharía de forma definitiva al sector, fichó por Silvestre, distribuidor de recambios, equipamiento y maquinaria para el taller con sede en Murcia y treinta delegaciones en toda España. Fue allí donde le ficharía Rosendo Pous, gerente de Autel Ibérica, y desde hace año y medio, también su jefe. Lo haría para liderar un novedoso proyecto: el desarrollo de la nueva gama de cargadores para vehículos eléctricos del fabricante.
Que uno de los grandes fabricantes de equipos de diagnosis entre en este negocio, es noticia. Por eso organizamos un encuentro con Castilla, para conocer un poquito más de cerca un proyecto de lo más interesante que tiene en su punto de mira a los talleres, pero no sólo. Le preguntamos por los cargadores… y por alguna cosa más.
¿Por qué decidís lanzaros a este proyecto?
El vehículo eléctrico viene y negarlo es perder el tiempo. La incertidumbre en el mercado respecto al eléctrico tiene los días contados y no puede pillar con el pie cambiado a los talleres, ni tampoco a los distribuidores. Aun así, son pocos los que están empezando ya a dar pasos para ofrecer soluciones y prepararse a esta nueva movilidad. La visión de Autel en relación al eléctrico va mucho más allá de los cargadores, la intención es entrar de lleno en este nuevo concepto tecnológico. Este solo es un primer paso… A comienzos del próximo año habrá interesantes noticias en este sentido.
¿Qué tipo de talleres deben poner un punto de recarga en sus instalaciones?
Aquellos que quieran crecer. Por ejemplo, hay compañías de rénting que ya obligan a los talleres a tener un punto de carga disponible. Si quieren trabajar para algunos de estos actores, no tienen más opción. Ha de tener un cargador el taller que quiera ganar en visibilidad y quiera adaptarse a los tiempos que vienen sin que le pillen a contrapié. Aunque, sobre todo, y muy importante, para entrar en este negocio deben tener formación homologada, conocer los riesgos que supone el tratamiento de estos vehículos y cómo prevenirlos.
“Hay compañías de rénting que ya obligan a los talleres a tener un punto de carga disponible. Si quieren trabajar para algunos de estos actores, no tienen más opción”.
¿Cómo puede el taller sacar partido de estos cargadores?
Además de para prestar servicio a los clientes del taller, pueden utilizarlo como reclamo, extendiéndolo al público, de forma que cualquier usuario puede acudir únicamente para cargar su vehículo. En ese caso, el taller lo que vende es energía. Es cierto que aún no será una gran fuente de ingresos rentable para los profesionales, pero sí contribuirá a potenciar su imagen -porque el usuario del eléctrico se fijará en él-: podrá atraer nuevos clientes, posicionarse en el mercado antes de que el eléctrico irrumpa del todo, y generar una trayectoria suficiente como para que el día de mañana el usuario del eléctrico confíe en su negocio. Además, si queremos que estos coches salgan de los concesionarios, que hoy en día concentran la mayor parte de la posventa de los vehículos eléctricos, esta es la oportunidad perfecta para decir: ‘Oye, estamos preparados`.
“Si queremos que estos coches salgan de los concesionarios, que hoy en día concentran la mayor parte de la posventa de los vehículos eléctricos, esta es la oportunidad perfecta para decir: ‘Oye, estamos preparados”.
¿Así lo están viendo los talleres?
Poco a poco… La mayoría de los talleres son micropymes e instalar un cargador EV puede parecerles caro, pero deben verlo como una inversión y no como una compra, porque se van a garantizar el trabajo que otros talleres están teniendo que derivar por no estar preparados.
¿Cuál está siendo el desarrollo del proyecto en los talleres?
Vamos obteniendo resultados, pero poco a poco. Gracias al acuerdo al que hemos llegado con GALP podemos ofrecer a los talleres un proyecto ‘llave en mano’. Ofrecemos un rénting para el cargador, con la legalización y el proyecto de ingeniería incluido, con una opción de mantenimiento y asistencia vía telefónica en caso de que el cargador falle o presente un problema. Podrán incluso cambiarlo por otro si no funciona.
“La mayoría de los talleres son micropymes e instalar un cargador EV puede parecerles caro, pero deben verlo como una inversión y no como una compra”.
¿Cómo ha sido la acogida del proyecto en los talleres?
Está siendo difícil. Tenemos que generar confianza en todos los actores, porque el proyecto aún es muy reciente. El vehículo eléctrico aún no es percibido como una vía de negocio potente en el mercado de posventa, por lo que el desarrollo está siendo muy lento tanto en nuestra red de distribución como en los talleres. Si bien, en la mayor parte de los casos en los que instalamos uno de nuestros puntos son los reparadores los que le piden al distribuidor el producto porque entienden que de algún modo les va a ayudar a impulsar su negocio.
¿Si tuvieras un taller, cómo lo adaptarías al eléctrico?
Montaría una zona para eléctricos, la haría vistosa, atractiva visualmente, y por supuesto instalaría cargadores. El taller del futuro cambiará, vamos perdiendo carbonilla y vamos ganado electricidad, por tanto. Lo que haría sin duda es empezar a formarme en estos vehículos.
“Gracias al acuerdo al que hemos llegado con GALP podemos ofrecer a los talleres un proyecto ‘llave en mano’. Ofrecemos un rénting para el cargador, con la legalización y el proyecto de ingeniería incluido”.
¿Cuándo será un buen negocio para el taller?
La evolución de los cargadores en el taller va a ser progresiva, pero el cambio al vehículo electrificado va a ser rápido. Desde mi punto de vista, del total de talleres actuales, el 10% tratará de invertir ya durante el próximo año para ir poco a poco estando a la última en relación al vehículo eléctrico; el 20% lo va a analizar y estará motivado para invertir en cargadores en sus instalaciones, pero aún no actuará con determinación; y el 70% ni siquiera considera como una opción aún realizar esta inversión.
¿Lo más difícil hasta ahora?
Vender los cargadores. Las empresas instaladoras, que son las que mayor fuerza tienen en el mercado, aún no nos conocen; y nuestra red de distribución, que sí nos conoce, todavía no ve en el negocio relativo al eléctrico una fuente de negocio suficiente como para apostar fuerte. Sin embargo, para darnos a conocer a los instaladores queremos estar en tres o cuatro de sus ferias al año y en una o dos ferias del sector del automóvil el año que viene. Por ejemplo, estamos viendo de qué manera colaboramos en Genera 2023, la Feria Internacional de Energía y Medioambiente que se celebrará en febrero en Madrid, y que es una de las más importantes entre los instaladores, para comenzar a tener visibilidad; también queremos estar en Global Mobility Call –el salón en el que se muestra el futuro de la movilidad, también en Ifema–, etc. Sin embargo, creo que en automóvil unas de las cosas más difíciles ya la hemos hecho, que es darle al distribuidor el proyecto de rénting ‘llaves en mano’… Soy optimista con el proyecto.
¿Qué desarrollo esperáis de este proyecto?
A principios de año apenas recibíamos llamadas, fueron meses de preparación y presentación tanto del proyecto como de mí mismo. Ahora raro es el día que no tengo cuatro, cinco o seis talleres que a través de nuestros distribuidores se interesan por el producto. En un año el interés ha crecido mucho y estoy seguro de que 2023 va a seguir este crecimiento. Hay mucho negocio por delante.
¿Cómo es la gama?
Es impresionante. Autel ha hecho un esfuerzo titánico en el poco tiempo que lleva con el proyecto por ofrecer uno de los catálogos más amplios del mercado. Tenemos desde el cargador más pequeño de 7,4 Kw de corriente alterna, monofásico; a los de 11 Kw y 22 Kw, trifásicos; pasando por los de 40 Kw, 47 Kw, 50 Kw, 120 Kw, 180 Kw, 240 Kw y 480 Kw de corriente continua, carga V2X; cargador doble en pared y en pedestal, tarjeta RFID para cargadores, etc.
“La gama de cargadores es impresionante. Autel ha hecho un esfuerzo titánico en el poco tiempo que lleva con el proyecto por ofrecer uno de los catálogos más amplios del mercado”.
¿Cuál recomiendas para los talleres?
Al taller le recomiendo el cargador de 11 Kw o de 22 Kw. Quizá más el segundo porque la diferencia de precio con el de 11Kw es muy pequeña, y aunque puede que particularmente el taller no tenga tanta potencia contratada ni inversores de los vehículos para poder cargar a esa potencia, es mejor comprar un cargador para varios años porque no sabes lo que vas a contratar mañana y se te puede quedar pequeño. Por supuesto, toda nuestra gama cumple toda la normativa y requisitos que se especifiquen en cada país.
¿Qué diferencia a los cargadores de Autel de los de otras marcas?
La calidad y el precio que conseguimos ofrecer al mercado. He estudiado el mercado y nuestros cargadores son muy buena opción.
La verdad que el cargador no es caro,caro es legalizarlo en industria que puede llegar a triplicar el valor del cargador la señora burocracia. Es la España que vivimos paga para que vivan otros sin trabajar