El formador, el aburrimiento, el contenido, la convocatoria, el día, el horario, etc. Si tuviéramos que comprar todas estas “motos” deberíamos ampliar nuestra plaza de párking.
Algunos de los motivos anteriores sí que son un peligro evidente para que las formaciones fracasen: el formador, los temas a impartir o el aburrimiento del alumno, muchas veces relacionado con la elección del contenido (o la no elección por su parte). El resto son excusas.
A finales del 2022 estuve en la convención anual de CIRA (Asociación de recambistas de Catalunya) y uno de los ponentes nos indicó a los presentes que “el 52% de los talleres no habían recibido ningún tipo de formación en 2020 y 2021”. ¡Terrible!
Llegar a decir que las horas de formación restan productividad nos indica el nivel de gestión que tenemos hoy en día en el sector. Si el propietario de un taller envía a un curso a uno de sus técnicos será con la meta de que este produzca de forma más eficiente, por lo que esas horas de formación no restan productividad, sino que la aumentan. Sólo restan si se envía a personal a formarse para cubrir el expediente.
Y ahí radica la clave, la visión que tenga la empresa sobre la formación, así como los entes organizativos. Si solo ves y no visionas nos podemos ir olvidando de la formación durante los próximos cuatro años: “¿Formación para qué, no ves como tengo el taller?”.
Con los talleres con cargas de trabajo como las actuales, con la edad media del parque automovilístico en nuestro país, muchos pensarán que van a gastar horas y no a invertirlas. Y los otros, que así ya no va bien.
Volviendo a los que creemos en la formación: los organizadores de los cursos, aquellos que creen que tener al taller formado es positivo para ellos y para el sector, principalmente la distribución y gremios, así como las empresas de formación, tienen un trabajo de BackOffice nada valorado por el taller. Y generalizando podemos afirmar, en base a ese 52% de talleres que no recibieron formación en los dos últimos años, que no lo habremos hecho muy bien.
Las empresas que dan formación, y Assistec Re-Evolution es una de ellas, nos hemos ido reinventando para dar las soluciones al sector adaptando contenidos y formatos atractivos para el taller. Hemos buscado fórmulas como, por ejemplo, reducir los tiempos de los cursos, adaptar horarios o implantar la formación hibrida presencial-online para ayudar al taller y a nuestros partners en las convocatorias. Diseño de planes formativos en diferentes formatos, escuelas de negocios, programas superiores de dirección son algunos ejemplos de ese trabajo en nuevos formatos formativos.
Algunos de los organizadores, la distribución y gremios, han comenzado a saber escoger el plan formativo idóneo según la zona, analizar el parque automovilístico y el nivel de equipamiento y recursos del destinatario de la formación, para escoger aquellos cursos que se adapten mejor al taller.
¡Trabajando para eliminar las excusas! En el inicio mencioné como causa el aburrimiento como uno de los motivos del fracaso de la formación. Con un contenido atractivo y con una formación para el taller que utilice idioma taller, no hay excusas para ir haciendo crecer la empresa y por ende el sector.
Talleres, denle valor a la formación y todo lo que concierne la organización de un curso, valoremos el esfuerzo que se lleva a cabo para que la convocatoria sea un éxito, la logística, la comunicación, etc.