¿Qué impacto tiene una iluminación deficiente en la siniestralidad vial en las carreteras de nuestro país? Esa es la pregunta a la que responde el estudio presentado hoy en Madrid por Fesvial -Fundación para la seguridad vial- y Lumileds (Phillips). Durante el acto, al que asistieron representantes de importantes asociaciones del sector y de la prensa especializada, se entregaron las principales conclusiones del estudio y se celebró una mesa coloquio en la que se debatió sobre el papel que tiene distintos actores del sector en la prevención de estos accidentes.
Y es que no es menor el impacto que tiene la carencia de iluminación en los accidentes de tráfico. Según los datos aportados por este estudio, que analizó los datos de los accidentes registrados entre 2017 y 2021, los accidentes con visibilidad limitada por iluminación deficiente (AVLID por sus siglas), representan el 36,6% de la totalidad de accidentes estudiados, esto quiere decir que en uno de cada tres accidentes, la “visibilidad limitada” o la “iluminación deficiente” fueron causantes del siniestro.
Dentro de este tipo de accidentes se identificaron seis categorías de accidentes según las circunstancias en las que se producen, como meteorología adversa, ausencia de iluminación natural o artificial, deslumbramiento por el sol o por otro coche, o infracción o fallo del alumbrado del coche. Todas éstas, circunstancias en las que el estado de los faros del coche juega un papel primordial para salvaguardar la seguridad de conductores, pasajeros y viandantes.
Accidentes más mortales que el resto
Y es que el dato trágico del estudio es que este tipo de accidentes presentan una mayor gravedad que el resto. Si de manera global, el 1,6% de los accidentes resultan mortales, ese porcentaje se llega a duplicar en algunos accidentes por deficiencia en la iluminación: es el caso de accidentes por no uso del alumbrado reglamentario (4,2% de mortalidad) o accidentes por ausencia de iluminación -en la vía o del coche- (3,4% de mortalidad).Otro dato interesante es la antigüedad media de los vehículos implicados en los accidentes, la cual ha resultado ser más elevada en el caso de accidentes VLID (10,45 años), en comparación con el resto de accidentes.
Estos factores hacen prever que en los próximos años, en torno al 36% de los accidentes que se produzcan seguirán siendo siniestros producidos por iluminación deficiente, con el consecuente saldo de víctimas fatales, las cuales, según el estudio, se situarían en algo más de diez mil fallecidos de aquí a 2030.
“Es fundamental generar conciencia entre los conductores”
Un dato negro que se puede evitar, o al menos disminuir considerablemente, si se logra generar conciencia en los conductores sobre la importancia que tiene el sistema de iluminación del coche en la seguridad vial. Esa es la conclusión a la que llegaban los invitados a la mesa coloquio que tuvo lugar después de la presentación del estudio y en la que participaron Ana Ávila, de Conepa, Ramón Casas de Cetraa, Guillermo Magaz, de AECA, y Ana Belén Martín, responsable de Márketing de Lumileds Iberia.
Una labor que si bien puede hacerse desde el taller, no recae exclusivamente en éste, como señalaba Ramón Casas, de la Comisión de Vehículos de Cetraa, y quien calificó los datos del estudio como “preocupantes”: “En el taller dependemos de lo que nos pide el usuario, que no es consciente sobre el peligro de llevar un sistema de iluminación en mal estado. Debemos bombardear al usuario con información y campañas, desde la Administración, las asociaciones, los fabricantes, en fin, todos los implicados en este tema”.
También habló Casas sobre lo que ya se puede hacer desde los talleres para aportar a la mejora de esos datos de siniestros: “Ya contamos con la modificación del Manual de Reformas de Vehículos, que ya estipula que se pueden cambiar los faros -de halógenos a LED- sin necesidad de gestionar una reforma. Lo que sucede es que a los talleres les está costando conseguir el producto”.
Por su parte Guillermo Magaz, director gerente de AECA ITV, no se mostraba sorprendido por las revelaciones del estudio, alegando que “lo que vemos diariamente en las inspecciones técnicas es la realidad del parque circulante de nuestro país”. Y la realidad es que “el 50% de los defectos graves que detectamos en la ITV están en las luces de carretera y de dirección, y son los más fáciles de solucionar para salvar vidas. Por eso es fundamental generar conciencia entre los conductores”.
Ana Ávila, directora corporativa de Conepa, iba un paso más allá y proponía que las Administraciones se comprometieran con la reducción de la siniestralidad vial más allá de las campañas: “Se deberían otorgar ayudas para incentivar que más conductores pasen por la ITV. Ayudarlos para que puedan llevar su coches antiguos al taller y prepararlos para que puedan pasar la ITV de forma exitosa”, señalaba.